Una agradable visita desde lejos
Una de las buenas noticias de este tiempo en los Hogares Calasanz, ha sido la visita del padre General.
El padre Pedro Aguado, superior general de los escolapios, visita cada uno de los 34 países donde se continúa la obra de Calasanz para animar el trabajo de todos los escolapios y colaboradores de esta misión tan delicada e importante que es la educación de los niños y de los jóvenes.
La primera obra escolapia que quiso visitar el día de su llegada a México fue la Casa 1 de los Hogares Calasanz de Tlalpan. Tenía pocas horas de haber aterrizado en tierras mexicanas cuando ya estaba sentado a la mesa rodeado de todos los chicos de las dos casas que, en poco tiempo ya le tenían tanta confianza como a aquellas personas que tienen mucho tiempo de conocer. Unos pocos minutos fueron suficientes para romper barreras y disfrutar un rato muy agradable.
A continuación les compartimos algunas de las tantas palabras que intercambiaron los chicos del hogar con el padre Pedro.
Todos sentados en el comedor, alrededor de una resistente mesa de madera que ya puede testificar muchos años de la vida de esa casa. Comienza la presentación de cada uno:
Me llamo Luis, tengo catorce años y voy en segundo de secundaria.
Yo me llamo Omar, tengo diecisiete y ahora estoy trabajando.
Yo me llamo Andrés, tengo once años y voy en quinto de primaria.
Yo me llamo Rubén, tengo diez años y voy en quinto de primaria.
Soy la tía Mode, se me olvidó la edad que tengo y estoy a sus órdenes.
¿Cuánto tiempo tiene usted trabajando por los niños?, pregunta el padre Pedro.
¡Veinte años!, respuesta inmediata y sencilla, como quien dijera a qué hora llegó hoy a la casa.
¿¿Veinte?? La admiración abre entonces un breve silencio… ¡No está mal!
Son poquitos responde Mode con una sonrisa que enseguida imitan los niños. Más avanzada la tertulia se retomará el asunto del intenso y perseverante compromiso de nuestra querida tía Mode.
Entonces uno de los niños más pequeñitos introduce un nuevo tema para la conversación de la noche:
¿A qué equipo de fut le vas?
Eso lo tengo fácil. Al equipo de mi pueblo.
¡Roma! Responden a coro los que tuvieron la ocurrencia.
¡No! El Atlético de Bilbao. Es un equipo que solo tiene jugadores de la propia tierra. Nunca ganamos nada. Pero es mi equipo.
¿Cuál es tu comida favorita? Otra pregunta espontánea y simpática desde la confianza de otro niño pequeño que quiere dialogar con su nuevo amigo.
Los chipilones en su tinta.
¿¿Qué es eso?? Preguntan extrañados por ese nombre tan raro. ¿Los chipilones no serán los niños que lloran?
Aclara nuestro nuevo amigo: Es un pececito que es muy pequeño. Cuando siente que se lo van a comer suelta su tinta negra. Y te lo comes. ¡Buenísimo!
Continúa el interrogatorio:
¿A qué países has viajado?
¡A muchos países! Yo vivo en Italia. ¿Por qué crees que vivo en Italia?
¿Dónde fundó Calasanz las Escuelas Pías?
Yo vivo en Roma porque vivo en su casa, donde me dedico a ayudar a todos los escolapios. Por eso tengo que viajar con el padre Fernando. Ahora venimos de Colombia. ¿Dónde está Colombia? ¿Al norte o al sur?
¡Al sur!, responden los que tienen idea de la Geografía y los que son hábiles para unirse al coro.
¿Cuándo es tu cumpleaños?
El 26 de junio. Ahí cumplo 53.
Rezamos por ti en tu cumpleaños, interviene el padre Reyes porque, efectivamente, los niños recuerdan los nombres de las personas que los quieren cada vez que se reúnen en torno a la mesa hacen una pequeña oración antes de comer.
Ahora los grandes. El turno para que pregunten los grandes.
Sergio comienza con la sección de preguntas serias.
¿Por qué quiso venir a visitarnos?
Esa pregunta me ha gustado mucho y entonces el padre general se coloca como para decir algo que quiere dejar muy claro. Observa a Sergio por encima de los lentes y comienza a explicarnos esto:
Hace un rato he llegado a México.
Hace… cuatro horitas.
Y es lo primero que he hecho: ¡venir aquí! Y ¿sabes por qué?
Porque tenía mucho interés en conocerlos, en conocerlos a todos.
Conocer el lugar, conocer lo que hacen, conocer cómo se sienten aquí.
¡Porque ustedes están en el corazón de los escolapios!
Educamos como Calasanz y somos escolapios para ustedes. Y por eso he venido.
¡Lo primero! Luego iré a los colegios, pero primero era esto. Por eso he venido.
Uno de los pequeños necesita la respuesta a su curiosidad:
¿Usted tiene esposa?
Y tú ¿qué crees?
¡Que sí! Con seguridad total en su respuesta.
¡Pues no! Respuesta inmediata y sonriente del padre Pedro que detona las risas de los otros niños.
Los padres escolapios no nos casamos. ¿Sabes por qué no nos casamos?
Porque se casan con Dios. Responde alguno con cara de no entender mucho la propia respuesta que le habrá escuchado a alguna monjita por ahí.
Por Jesús. Porque la Virgen María… Intenta responder otro sin terminar su frase.
Pero la causa por la que no nos casamos... se van a sorprender, la causa son ustedes. Estamos todos a disposición de ustedes, por el bien de ustedes, a toda hora por ustedes. Y, claro, si yo fuera casado mi mujer se enfadaría conmigo.
Nosotros buscamos estar totalmente a disposición de los niños y los jóvenes que se apoyan en nosotros y ésa es la razón.
La razón más importante es porque Jesús sintió así.
Después de una pausa suficiente para asimilar la respuesta continúan las preguntas.
¿Cuál es su comida favorita?
Estabas despistado. ¡La tortilla de patatas!
¡No! Responden todos los que recuerdan que la comida favorita no era ésa, pero sin poder recordar el nombre del pececito que se pone chipil, o algo así.
Ahora retoman el interrogatorio los de secundaria.
¿Por qué se dedicó a esto de Jesús?
Yo entré de escolapio a los 17 años. Y entré de escolapio porque me apasionó el trabajo con niños y jóvenes. Y me pareció que lo más bonito que yo podría hacer era hacer las mismas cosas que hacía San José de Calasanz.
Yo estudié en un colegio de escolapios, los conocí, me gustó lo que hacían, quise ser como ellos.
¿Cuánto tiempo lleva ya ahí?
Llevo más de treinta años. Treinta y cinco como escolapio. Y te aseguro que profundamente feliz.
Se hace un silencio ahora más largo que los anteriores mientras todos intercambian miradas sin comunicarse. Hasta Luis Ángel que se la ha pasado cantando durante toda la sesión nos deja un momento sin fondo musical.
Algunos niños dicen: ¡oooohhhh!
En los labios de alguno de secundaria es fácil leer la expresión: ¡Ay güeeeey!
A continuación, la pregunta que no podía faltar:
¿Conoció usted a Chinchachoma?
Lo conocí y disfruté de él. Y hablé con él. Le conocí en Roma.
Y conozco a su hermano que vive en mi casa.
El padre Chinchachoma se llamaba Alejandro, como uno de aquí, ¿quién se llama Alejandro? Su hermano se llama Adolfo y yo vivo en su casa.
¿Cuál es tu dulce favorito?, continúa la sección de preguntas familiares. Porque desde hace un buen rato el padre Pedro ya ha sido más que aceptado en la familia.
La tarta de queso.
La tar… ¿qué es eso?
Pan con queso. Un pastelito de queso.
Nuevamente Rubén, abrazado por el padre General, pregunta algo de lo que seguramente ya sabe la respuesta, pero tal vez tiene deseos de escucharlo una vez más:
¿Le gusta venir con nosotros?
Claro, por eso he venido.
¿Yo voy a estar aquí porque no me gusta?
No, venimos porque me gusta conocerles y me gusta estar aquí.
¿Quién es el que lleva más años?
Adrián, que llegó hace diez, o más años, pequeñito y consentido de todos, ahora el mayor de la casa, levanta su mano para que el padre Pedro le suelte la pregunta.
Me gustaría saber qué es lo más importante que tú has recibido en el hogar, ¿de qué estás más feliz?
De que los tíos y las tías nos quieren. Más que nada por la educación que nos dan.
Qué bueno que lo has dicho. Dilo de nuevo.
El cariño de los tíos y la educación.
¿Quién es el que lleva menos tiempo aquí?
Dos, cuatro, y ya son siete los que levantan la mano queriendo ocupar el lugar del último llegado a casa, con los privilegios que esto significa. Ser el más pequeño es algo muy valioso en cualquier familia.
¿Qué es lo que más te ilusiona del hogar?
Que nos tratan bien y que nos quieren.
¿Quién es el mayor de edad aquí?
Gonzalo, que ya hace tiempo dejó el hogar pero está ahí de visita como suele hacerlo frecuentemente.
La pregunta: ¿qué crees deberíamos hacer para mejorar?
Voy a ser sincero: ¡Nada!
Tu experiencia es tan positiva, te sientes tan contento que no se te ocurre ¿qué hay que mejorar?
¡Sí!
¿Alguien de ustedes diría: “Yo no soy buen estudiante”?
Algún sincero y valiente levanta la mano para hablar de su experiencia:
Yo, porque a mí nunca me ha gustado estar sentado en un salón. Me gusta más estar activo.
¿Quién de ustedes sabe por qué he preguntado esto?
Porque San José de Calasanz hizo muchas cosas para poner a los niños a estudiar y educar a los niños.
¡Sí, señor! San José de Calasanz se dedicó a educar, aunque a algunos no les gusta esto.
Ahora quisiera saber ¿quién está feliz aquí?
Todos levantan la mano rápidamente, sonriendo.
¿Alguien no está feliz? Solo miradas de unos a otros y risas que ya lo dicen todo.
Pues ésta es la pregunta más importante. Porque los escolapios hacemos esto para provocar que ustedes crezcan y sean felices.
Ahora el padre Reyes abre la nueva sección de preguntas: la vida en el hogar.
Quisiera que te dijeran cómo es un día normal en el hogar, un sábado, un domingo.
Sí, cuéntenme qué hacen en un día normal en cada hogar.
Me levanto… comienza alguno con la narración de su día.
¿A qué hora? Pregunta evadida. Sólo hay risas y bromas al respecto.
… me baño, continúa, desayuno, me voy a la escuela, regreso de la escuela, hago mi tarea, jugamos un ratito en el deportivo, cenamos y nos vamos a dormir.
Ése es un día normal, ahora un sábado.
Nos levantamos, hacemos los aseos de la casa, desayunamos, hacemos nuestras tareas, vamos a jugar al deportivo, nos regresamos del deportivo, nos bañamos, bajamos a ver la tele, de la tele venimos a comer, comemos, luego salimos, en la noche cenamos, lavamos nuestro plato y nos vamos a dormir.
Ahora, ¿quién le platica al padre qué hacemos los domingos?
El turno es para Alejandro.
Nos paramos temprano, nos bañamos, hacemos aseo, vamos a misa, vamos a junta, en la junta nos dan nuestro domingo, luego algunos ayudan a hacer la comida…
Dos preguntas:
¿Adónde van a misa?
Al Pedregal. Una capillita de la parroquia de Tlalcoligia ubicada en una pequeña colonia popular que se llama El Pedregal de Sta. Úrsula Xitla.
Y la otra pregunta ¿cómo es la junta?
Platicamos de todo lo que hubo en la semana. También hablamos de nuestros problemas y hablamos de lo que vamos a hacer en los próximos días, contamos chistes, que ahora va a contar alguno Alejandro.
¡Qué sea bueno!
Entonces comienza un rato divertido de chistes y adivinanzas.
Retomando el tema de la vida del hogar, explica el director:
En tiempo de verano los pequeñitos tienen un curso de manualidades y actividades artísticas. Los mayores tienen alguna experiencia laboral.
Nos juntamos todos los de las dos casas, dos o tres días de la semana, para juntar juntos y para tener algunos momentos para disfrutar la convivencia sin prisas, desahogadamente.
Ahora habla la tía Mode, retomando la conversación inicial, por petición del padre Pedro.
No siento que hayan pasado veinte años, siento como medio año nada más, y ese medio año bien feliz. Mi corazón está lleno de amor para ellos.
Continúa Mode hablando de esa gran experiencia que ha sido para ella amar, educar, acompañar un número incontable de niños y adolescentes que ha n pasado por esta casa. ¿Cómo perderse la oportunidad de escuchar directamente a la tía Mode con tantas anécdotas interminables. Esta historia no termina aquí.
TRE-S MANERAS DE AYUDAR
a) Apadrina a un niño. Consiste en estar al pendiente de un menor. Acompañar su proceso de formación, preguntarle sobre sus logros, apoyar sus gastos de escuela, plantear con él metas y objetivos. Hogares Calasanz se compromete a notificar en tiempo y forma, a mantener una comunicación puntual sobre el niño en cuestión, a manejar con transparencia los recursos destinados.
b) Portador de sonrisas. Consiste en cubrir el gasto corriente de uno de los servicios de una casa (agua, luz, gas, teléfono). El apoyo está en orden al donativo a cubrir, y oscila entre los $200 a los $700 al mes como máximo. Todo se controla por recibo de servicio.
c) Redes de apoyo por la infancia de Hogares Calasanz. Involucrar a donadores potenciales con una cuota fija de $20.00, $50.00, $100.00 como subsidio económico para fines formativos, atención médica y salud integral, servicios…
Etiquetas: Escuela Pía, Hogares, México