46º CAPÍTULO GENERAL de la Orden de las Escuelas Pías
California Informa – VIII.09
Cualquier Capítulo General es un momento de gracia –un “kairos”-- para la Orden o la Congregación que lo celebra.
Supone la oportunidad de un encuentro fraterno al más alto nivel, no sólo de conocimiento interpersonal, sino también para el intercambio de ideas, ideales, fidelidades al carisma, que une a todos sus participantes. No es una reunión de negocios; es una comunión de corazones, un intercambio de ilusiones, de proyectos, la visión esperanzada de un futuro inmediato, que se ha de construir con la colaboración y corresponsabilidad de todos.
A pesar de que lo dicho es el núcleo común de todos los Capítulos, cada uno de ellos tiene sus características particulares, dadas las circunstancias concretas que los configuran.
Del Capítulo 46º de las Escuelas Pías, recientemente celebrado, podríamos señalar:
• La edad joven de la mayoría de los capitulares,
• muchos de ellos autóctonos de los países que representaban.
• El incremento del uso del francés y el inglés, especialmente en las Eucaristías y los momentos de oración;
• La excelente preparación de la Casa de Peralta en todos los aspectos y detalles de alojamiento, comidas, servicios, entretenimiento (sólo sobraban las moscas en el aula capitular);
• El servicio técnico tan extraordinario de la Secretaría –personas y material electrónico- que nos acompañó todos los días y a todas horas, facilitando muchísimo el trabajo capitular;
• La gran cantidad de material cuidadosamente preparado para el estudio y discernimiento de los temas a tratar;
• La belleza de las tres salidas de los domingos: Jaca y San Juan de la Peña, Aínsa y Pineta, y, finalmente, Zaragoza.
Merecen una mención especial:
• el extraordinario clima de convivencia y fraternidad entre todos los capitulares;
• la gran libertad de espíritu en la exposición de las opiniones personales;
• el total respeto de las opiniones ajenas;
• el clima de participación en todos los debates, tanto a nivel de grupos, como en las reuniones plenarias;
• la creciente sensación de satisfacción y esperanza, a medida que avanzaba el trabajo capitular.
Naturalmente lo dicho hasta aquí puede considerarse la envoltura externa del Capítulo, los condicionamientos externos y que no podemos olvidar el objetivo fundamental de todo ello: las líneas de acción programadas para el próximo sexenio y la elección del Equipo General que ha de impulsarlas.
Al escoger los temas fundamentales y en los debates sobre los mismos, creo que ha predominado un sano realismo, la visión objetiva de la realidad actual, el reconocimiento de las necesidades prioritarias del momento y la búsqueda valiente de las metodologías más prácticas para ofrecer soluciones.
Entre los temas tratados y que exigirán especial atención durante el próximo sexenio pueden citarse:
• La reestructuración de la Orden, en función de las personas, más que de la geografía
• El ejercicio de nuestro ministerio en clave pastoral
• Las diversas formas de la educación no-formal
• La vocación Misionera de las Escuelas Pías: crecimiento interno y externo
• La corresponsabilidad económica en la Orden
• El Directorio de Formación y los Estudios
• La participación e integración de los laicos
Respecto a estas cuestiones se hay redactado 5 líneas de acción, con la formulación de distintos objetivos.
El Capítulo no terminó el día 23 de julio; sino que ahora empieza lo más importante: su aplicación. Para impulsarla y coordinarla los capitulares escogieron el Equipo General, integrado por los PP. Pedro Aguado, General; Mateusz Pindelski, Asistente General por Italia y Europa Central, Miguel Giráldez, Asistente General por España; Sergio Fernando Hernández, Asistente General por América y Pierre Diatta, Asistente General por África y Asia.
En su primera Carta Circular a todos los religiosos de la Orden exponen su compromiso con estas palabras:
• Trabajaremos para fortalecer y renovar el cuerpo de las Escuelas Pías;
• Propondremos con entusiasmo el compromiso con nuestra misión;
• Sabiendo que estos desafíos necesitan estructuras que posibiliten llevarlos adelante, deseamos contribuir a revitalizar nuestra Orden desde un proceso de reestructuración compartido y discernido con el conjunto de las Escuelas Pías.
Todos estamos comprometidos a llevar a la práctica estos objetivos.
Por lo mismo la Congregación ha enviado unos mensajes a todos los Colaboradores en la misión escolapia y a todos los niños y jóvenes a los que deseamos ayudar a crecer. Ambos documentos pueden leerse en las próximas páginas.
Cualquier Capítulo General es un momento de gracia –un “kairos”-- para la Orden o la Congregación que lo celebra.
Supone la oportunidad de un encuentro fraterno al más alto nivel, no sólo de conocimiento interpersonal, sino también para el intercambio de ideas, ideales, fidelidades al carisma, que une a todos sus participantes. No es una reunión de negocios; es una comunión de corazones, un intercambio de ilusiones, de proyectos, la visión esperanzada de un futuro inmediato, que se ha de construir con la colaboración y corresponsabilidad de todos.
A pesar de que lo dicho es el núcleo común de todos los Capítulos, cada uno de ellos tiene sus características particulares, dadas las circunstancias concretas que los configuran.
Del Capítulo 46º de las Escuelas Pías, recientemente celebrado, podríamos señalar:
• La edad joven de la mayoría de los capitulares,
• muchos de ellos autóctonos de los países que representaban.
• El incremento del uso del francés y el inglés, especialmente en las Eucaristías y los momentos de oración;
• La excelente preparación de la Casa de Peralta en todos los aspectos y detalles de alojamiento, comidas, servicios, entretenimiento (sólo sobraban las moscas en el aula capitular);
• El servicio técnico tan extraordinario de la Secretaría –personas y material electrónico- que nos acompañó todos los días y a todas horas, facilitando muchísimo el trabajo capitular;
• La gran cantidad de material cuidadosamente preparado para el estudio y discernimiento de los temas a tratar;
• La belleza de las tres salidas de los domingos: Jaca y San Juan de la Peña, Aínsa y Pineta, y, finalmente, Zaragoza.
Merecen una mención especial:
• el extraordinario clima de convivencia y fraternidad entre todos los capitulares;
• la gran libertad de espíritu en la exposición de las opiniones personales;
• el total respeto de las opiniones ajenas;
• el clima de participación en todos los debates, tanto a nivel de grupos, como en las reuniones plenarias;
• la creciente sensación de satisfacción y esperanza, a medida que avanzaba el trabajo capitular.
Naturalmente lo dicho hasta aquí puede considerarse la envoltura externa del Capítulo, los condicionamientos externos y que no podemos olvidar el objetivo fundamental de todo ello: las líneas de acción programadas para el próximo sexenio y la elección del Equipo General que ha de impulsarlas.
Al escoger los temas fundamentales y en los debates sobre los mismos, creo que ha predominado un sano realismo, la visión objetiva de la realidad actual, el reconocimiento de las necesidades prioritarias del momento y la búsqueda valiente de las metodologías más prácticas para ofrecer soluciones.
Entre los temas tratados y que exigirán especial atención durante el próximo sexenio pueden citarse:
• La reestructuración de la Orden, en función de las personas, más que de la geografía
• El ejercicio de nuestro ministerio en clave pastoral
• Las diversas formas de la educación no-formal
• La vocación Misionera de las Escuelas Pías: crecimiento interno y externo
• La corresponsabilidad económica en la Orden
• El Directorio de Formación y los Estudios
• La participación e integración de los laicos
Respecto a estas cuestiones se hay redactado 5 líneas de acción, con la formulación de distintos objetivos.
El Capítulo no terminó el día 23 de julio; sino que ahora empieza lo más importante: su aplicación. Para impulsarla y coordinarla los capitulares escogieron el Equipo General, integrado por los PP. Pedro Aguado, General; Mateusz Pindelski, Asistente General por Italia y Europa Central, Miguel Giráldez, Asistente General por España; Sergio Fernando Hernández, Asistente General por América y Pierre Diatta, Asistente General por África y Asia.
En su primera Carta Circular a todos los religiosos de la Orden exponen su compromiso con estas palabras:
• Trabajaremos para fortalecer y renovar el cuerpo de las Escuelas Pías;
• Propondremos con entusiasmo el compromiso con nuestra misión;
• Sabiendo que estos desafíos necesitan estructuras que posibiliten llevarlos adelante, deseamos contribuir a revitalizar nuestra Orden desde un proceso de reestructuración compartido y discernido con el conjunto de las Escuelas Pías.
Todos estamos comprometidos a llevar a la práctica estos objetivos.
Por lo mismo la Congregación ha enviado unos mensajes a todos los Colaboradores en la misión escolapia y a todos los niños y jóvenes a los que deseamos ayudar a crecer. Ambos documentos pueden leerse en las próximas páginas.
Etiquetas: Capítulo, Escuela Pía
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