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viernes, septiembre 12, 2008

La UCC en Solidaridad Académica con la Iglesia de Cuba con la Iglesia de Cuba

Mtro. Leonardo Pérez Borges, Catedrático de la UCC
Navegar Juntos - Boletín quincenal del ICCE-América
1Qa. IX.2008

Explicar lo que sucede en una Escuela de Verano para Educadores, en la isla de Cuba, implicaría una titánica labor de análisis cultural, político, económico, artístico, pedagógico, por mencionar sólo algunos de los esfuerzos científicos que serían necesarios para pretender agotar la explicación y hacer justicia a un evento de su relevancia. Escribiendo para “Navegar Juntos”, donde buscamos decir mucho en pocas palabras, me abocaré no a explicar sino a evocar, con algunos argumentos, lo que experimenté este verano colaborando con uno de los proyectos educativos más simbólicos en la Isla.
Este año se llevaron a cabo cuatro Escuelas de Verano para Educadores en diferentes sedes:

• La séptima en La Habana
• La segunda en Santa Clara
• La segunda en Santiago de Cuba
• La primera en Camagüey

El Mtro. Miguel Ángel Córdoba Zamudio, Director del ICCE-América, acudió al evento realizado en La Habana del 4 al 8 de agosto, donde colaboró como docente y presidió la clausura, en virtud de que la Universidad Cristóbal Colón, a través del ICCE, es la instancia educativa que da respaldo académico a estas actividades. Ambos fuimos invitados a formar parte del equipo de docentes a cargo de los talleres de formación en la I Escuela de Verano para Educadores de Camagüey, realizada del 18 al 22 de agosto, cuyo personaje insignia es el P. Ramón Clapers, escolapio muy recordado y querido por la comunidad camagüeyana.

Siendo la novedad principal este año el inicio de la Escuela de Verano en Camagüey, la tomaré como centro de este mensaje y comenzaré diciendo que se convirtió en una agradable aventura que dio inicio el 17 de agosto a las dos de la madrugada, hora en que nos convertimos en diez pasajeros de una “guagüita” azul (camioneta familiar) que, con sus desgastados interiores, sus piezas incompletas y sus apretados asientos (aspectos comunes a la mayoría de los transportes en la Isla), nos trasladó en un viaje de 9 horas desde La Habana hasta Camagüey, gracias a la habilidad de su conductor, Elkis.

La sede del evento fue la Casa Diocesana, antes convento mercedario, ubicada a un costado de la Iglesia de La Merced, en el centro histórico de la ciudad. En ese lugar nos hospedamos y fuimos atendidos, al igual que todos los participantes, como parte de una gran familia. El lunes 18 de agosto, a las 10:00 de la mañana, tuvo lugar la inauguración de la Escuela por parte del Obispo de la Arquidiócesis de Camagüey, a lo que siguió una conferencia magistral titulada “Educación por el arte” a cargo de la Dra. Olga García Yero, importante académica en la comunidad.
Inmediatamente, dieron inicio los talleres que serían impartidos a lo largo de toda la semana:

• Educación emocional en el aula, a cargo del Mtro. Miguel Ángel Córdoba Zamudio.
• Dinámicas grupales, impartido por el Hno. Rafael Cuéllar Cejas (lasallista).
• Los valores tradicionales, por la Hna. Ana María García Novo (escolapia).
• Desarrollo de las habilidades del pensamiento, por Hna. Elvia Carreño López (escolapia).
• Pedagogía de Jesús de Nazareth, por la Hna. Nieves García Gutiérrez.
• Actividades educativas multimedia en JClic, por el Mtro. Leonardo Pérez Borges.

En esta primera edición camagüeyana de la Escuela de Verano, se contó con la participación de setenta educadoras y educadores procedentes de la ciudad sede y provincias aledañas, personas sedientas de novedades, deseosas de mejorar sus prácticas educativas y crecer como personas por encima de un contexto en el que las oportunidades de desarrollo y la expresión de la libertad parecen horizontes lejanos.
El equipo organizador, liderado por la Sra. Natalia Nikiforova, también buscó aderezar la estancia de los extranjeros con visitas guiadas a sitios emblemáticos ubicados en el centro histórico de Camagüey, dejando, además, espacios para dar seguimiento a los Juegos Olímpicos en las horas previas al descanso nocturno.

La clausura del evento estuvo marcada por una sensación de agradecimiento desde y hacia todos los roles que fueron desempeñados: alumnos, docentes, organizadores, anfitriones... A la pregunta hecha por el Mtro. Miguel Ángel Córdoba Zamudio, quien presidía también esta clausura en nombre del ICCE-América, “¿Quieren que haya más escuelas de verano en Camagüey?”, la respuesta fue un contundente y emotivo: “¡Sí!” Acompañado del compromiso grupal por contagiar a más educadores del entusiasmo por asistir a la siguiente edición.

Nuestro trabajo como representantes de las actividades de solidaridad académica de la Universidad Cristóbal Colón continuó después de las Escuelas de Verano. Cabe mencionar que nuestra Casa de Estudios respalda, a través del ICCE-América, cuatro proyectos educativos en Cuba:

• Tres proyectos de la Comisión de Educación de la Iglesia Católica, a saber: Escuelas de Verano para Educadores, Diplomado “Práctica Docente”, Diplomado “Especialista en Microsoft Office”, promovidos e implantados por Ángel Cuevas, escolapio que funge como presidente de dicha comisión.
• Un proyecto de los Escolapios de Guanabacoa, el Diplomado en Humanidades, sugerido y coordinado por el P. Eduardo Pini, Rector de la Comunidad Escolapia de Cuba.
Con base en lo anterior, tuvimos varias reuniones de trabajo a fin de dar seguimiento, identificar elementos de mejora y plantear nuevas posibilidades. En la visita a la casa escolapia ubicada en Guanabacoa, el domingo 24 de agosto en que se hicieron las celebraciones eucarísticas con motivo de San José de Calasanz, tuvimos la fortuna de presenciar una muestra de las actividades de verano en las que jóvenes de la comunidad, orientados por los sacerdotes escolapios, organizan juegos, dinámicas, cursillos y obras de teatro con los más pequeños, quienes se lucieron con una puesta en escena al final de la misa.

El panorama de la realidad cubana deja sensaciones encontradas: Por un lado aquéllas que surgen al ver grandes cantidades de sitios entregados al abandono, al experimentar la ineficiencia de estructuras burocráticas y el sistemático “resolver” de la ciudadanía cubana (resolver, en el argot de Cuba pos-revolucionaria, es darle soluciones temporales a las necesidades, con métodos regularmente ilegales); las sensaciones que emergen al observar cómo la absurda necedad de políticos radicales (tanto yanquis como revolucionarios) ha mermado las esperanzas y sueños de tantas personas inocentes. En otro grupo de sensaciones, el de ésas que deseamos guardar en el corazón, están las que emergen al convivir con gente que sigue creyendo que las cosas pueden mejorar aun en medio del caos y la miseria, con personas que sustituyen la rotundidad de un “NO” autoritario con la caridad de un “SÍ” comunitario y solidario obtenido a costa de cualquier precio, como ha sucedido con la mayoría de los proyectos de los que he intentado dar cuenta en este mensaje. A esas personas, gracias por brindarme la oportunidad de conocerles y aprender de su fe puesta en práctica con arrojo y entusiasmo.

Mtro. Leonardo Pérez Borges, Catedrático de la UCC

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