En el Día Internacional de la Juventud: Retos actuales
Psic. Claudina Salazar Serrano, UCC
Navegar Juntos
VIII. 2009
Hoy más que ayer la juventud ha adquirido un papel protagónico en la sociedad; ésta es la realidad. Después de muchas décadas de alzar la voz, a los jóvenes se les dio la oportunidad de elegir libremente la carrera que desean estudiar, cuándo y con quién formar una familia, qué creencia religiosa tener o qué partido político coincide con sus expectativas de la sociedad que esperan; ahora son ellos quienes eligen el futuro, con todos los riesgos que esto implica.
En este sentido, ¿qué tan sano es darles libertad a los jóvenes cuando están pasando por una etapa crucial en la que tienen inquietudes de todo tipo pero emocionalmente no están lo suficientemente maduros para enfrentarlo? El joven de hoy busca vivir en el aquí y el ahora, y el resultado puede ser muy riesgoso ya que sólo actúan y no piensan en las consecuencias, buscan diversiones y placeres momentáneos, se interesan más en sí mismos que en los demás; se ven fuertemente influenciados por la moda, la televisión, los estereotipos sociales, rindiéndole un culto especial a la belleza, es decir, a cómo deben ser físicamente para “verse bien”, para ser aceptados por los demás. Pocos son ya los que se interesan en temas como la paternidad responsable, la igualdad entre géneros, la justicia y las posibilidades de crear una sociedad más equitativa.
En un sentido estricto, las Naciones Unidas definen a la juventud como aquella etapa comprendida entre los 15 y 25 años; en esta etapa se deja atrás la pubertad, época en la que los padres ejercen todavía una gran influencia en su forma de pensar, vestir o comportarse, siempre en vías de alcanzar un pensamiento propio y una identidad personal. Los cambios físicos, emocionales y sociales ocurren casi sin darse cuenta; las experiencias varían, para algunos son satisfactorias, teniendo la oportunidad de seguir con sus estudios y responsabilizarse sólo de ello; para otros la situación es diferente y aunque no lo deseen, se ven en la necesidad de dejar de estudiar para convertirse en padres o en trabajar para poder estudiar o dejar de hacerlo por la falta de recursos económicos. Sin embargo, de manera paradójica, todos exigen ser tratados como adultos y creen saberlo todo, incluso más que sus padres; desean ser independientes y obtener más libertades, aunque sus acciones no sustenten lo que desean.
Problemáticas que enfrentan en la actualidad los jóvenes, se podrían citar muchas; pero las constantes en estos tiempos podemos decir que son la violencia, el abuso de drogas, la excesiva libertad sexual y las consecuentes confusiones entre lo que se supone deberían ser y lo que en realidad quieren hacer, están a la orden del día. Por ello, el papel de los padres y de la sociedad es fundamental para escuchar sus necesidades, contenerlas y canalizarlas, de manera que podamos formar jóvenes que sean capaces de enfrentar el futuro con sus propios recursos, de modo responsable y congruente, hallando el camino personal que les lleve a buscar su ubicación en la sociedad.
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VIII. 2009
Hoy más que ayer la juventud ha adquirido un papel protagónico en la sociedad; ésta es la realidad. Después de muchas décadas de alzar la voz, a los jóvenes se les dio la oportunidad de elegir libremente la carrera que desean estudiar, cuándo y con quién formar una familia, qué creencia religiosa tener o qué partido político coincide con sus expectativas de la sociedad que esperan; ahora son ellos quienes eligen el futuro, con todos los riesgos que esto implica.
En este sentido, ¿qué tan sano es darles libertad a los jóvenes cuando están pasando por una etapa crucial en la que tienen inquietudes de todo tipo pero emocionalmente no están lo suficientemente maduros para enfrentarlo? El joven de hoy busca vivir en el aquí y el ahora, y el resultado puede ser muy riesgoso ya que sólo actúan y no piensan en las consecuencias, buscan diversiones y placeres momentáneos, se interesan más en sí mismos que en los demás; se ven fuertemente influenciados por la moda, la televisión, los estereotipos sociales, rindiéndole un culto especial a la belleza, es decir, a cómo deben ser físicamente para “verse bien”, para ser aceptados por los demás. Pocos son ya los que se interesan en temas como la paternidad responsable, la igualdad entre géneros, la justicia y las posibilidades de crear una sociedad más equitativa.
En un sentido estricto, las Naciones Unidas definen a la juventud como aquella etapa comprendida entre los 15 y 25 años; en esta etapa se deja atrás la pubertad, época en la que los padres ejercen todavía una gran influencia en su forma de pensar, vestir o comportarse, siempre en vías de alcanzar un pensamiento propio y una identidad personal. Los cambios físicos, emocionales y sociales ocurren casi sin darse cuenta; las experiencias varían, para algunos son satisfactorias, teniendo la oportunidad de seguir con sus estudios y responsabilizarse sólo de ello; para otros la situación es diferente y aunque no lo deseen, se ven en la necesidad de dejar de estudiar para convertirse en padres o en trabajar para poder estudiar o dejar de hacerlo por la falta de recursos económicos. Sin embargo, de manera paradójica, todos exigen ser tratados como adultos y creen saberlo todo, incluso más que sus padres; desean ser independientes y obtener más libertades, aunque sus acciones no sustenten lo que desean.
Problemáticas que enfrentan en la actualidad los jóvenes, se podrían citar muchas; pero las constantes en estos tiempos podemos decir que son la violencia, el abuso de drogas, la excesiva libertad sexual y las consecuentes confusiones entre lo que se supone deberían ser y lo que en realidad quieren hacer, están a la orden del día. Por ello, el papel de los padres y de la sociedad es fundamental para escuchar sus necesidades, contenerlas y canalizarlas, de manera que podamos formar jóvenes que sean capaces de enfrentar el futuro con sus propios recursos, de modo responsable y congruente, hallando el camino personal que les lleve a buscar su ubicación en la sociedad.
Etiquetas: Antropología, Sociedad
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