PENÍNSULA DE COSIGÜINA
La injerencia norteamericana y la actual crisis en Nicaragua: El efecto Powell.
Posted on December 11 2003.
Recientemente la visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Colin Powell, el 4-5 de noviembre trajo a colación una serie de temas que han despertado el rechazo de amplios sectores de la sociedad nicaragüenses.
Uno de esos temas es la voluntad del gobierno Norteamericano de hacer destruir los más de 2 mil misiles tierra-aire en posesión del ejército nacional; ya que para la Casa Blanca estas armas constituyen “una seria amenaza” si llegaran a caer en manos terroristas.
Aunque el ejército ha manifestado que los misiles están muy bien resguardados los Estados Unidos continúa insistiendo en su destrucción total. Por su parte, el mando del ejército nacional considera que una iniciativa dirigida a la destrucción de dicho armamento debe de enmarcarse en un balance razonable de fuerzas en Centroamérica. Siempre y cuando Honduras destruya su flota de aviones de combate a reacción y de igual forma el Salvador entonces Nicaragua destruirá sus misiles tierra-aire. Aunque se argumente que el motivo principal es que los misiles portátiles caigan en manos terroristas, muchos analistas e inclusive la dirección del mismo ejército considera que el móvil principal es el político. La administración estadounidense no perdona todavía el hecho que el ejército nicaragüense tenga sus raíces en el ejército guerrillero que derroco a Somoza en 1979 y que enfrento la ofensiva militar norteamericana y la contrarrevolución durante la década de los 80. ¿Porque solo al ejército nicaragüense se le insiste que destruya su armamento defensivo mientras no se demanda tan vehementemente al resto de los países de la región a hacer su parte en la destrucción de armamentos? En este sentido, la razón no es militar sino política, manifestó en su momento el General Javier Carrión, actual jefe del ejército de Nicaragua.
Lo mas preocupante, y que muy pocas personas conocen, es de las intenciones del Pentágono de construir una nueva base militar en territorio Nicaragüense, específicamente en la península del Cosigüina. Aunque las autoridades militares niegan el conocer de tales planes, se ha filtrado a través de los medios de comunicación que parte de la visita de Powell a Nicaragua perseguía ese objetivo. En tal sentido la destrucción de los misiles tierra-aire viene a ser un elemento de presión pero que el objetivo final es la base militar.
Estrategia de seguridad nacional y libre comercio.
La visita de Collin Powell a la región centroamericana también perseguía el objetivo de reactivar el proceso de negociación del TLC entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA en Ingles) luego del estrepitoso fracaso de las negociaciones de la OMC en Cancún. Obviamente que la estrategia para el reimpulso de la agenda del libre Comercio y libre mercado, piezas claves en la nueva estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos, recaería sobre las negociaciones bilaterales y subregionales.
Durante su visita Powell destacó, como todo un diplomático, las buenas relaciones de su país con Centroamérica con quien negocia mayores lazos de cooperación (militar, política y económica) tras los atentados del 11 de septiembre. Antes de los atentados de septiembre la administración de la Casa Blanca se había empeñado en presentar al libre comercio y libre mercado como herramientas para combatir la pobreza; en la actualidad la misma administración se ha empecinado en demostrar que estas dos herramientas son también útiles para combatir al terrorismo. Este cambio de enfoque no es casual ya que para Washington la pobreza es el semillero de los terroristas.
La criminalización de la pobreza, forma parte de la estrategia norteamericana y pretende advertir a los movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos, ambientalistas, de consumidores, jóvenes, indígenas y mujeres que cualquiera que se oponga al enfoque neoliberal del libre comercio y el libre mercado será considerado potencial terrorista y tratado como tal.
“Otro problema lo constituyen los que apelan al populismo para combatir la democracia y el progreso” manifestó Powell en Honduras, en abierta alusión a quienes se oponen al proyecto de dominación y control neoliberal de los Estados Unidos a través del Área del Libre Comercio de las Ameritas (ALCA), el CAFTA y el las políticas del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La política de la zanahoria y el garrote, es decir el chantaje con fines económicos y políticos, continúa siendo el argumento disuasivo principal de la política exterior norteamericana en la región. Esta se manifestó con la nueva promesa del denominado proyecto “Desafío del Milenio”, que Washington se dispone ejecutar con una inversión superior a los 1,000 millones de dólares para ayudar a los países subdesarrollados que han adoptado al consenso de Washington, como su sistema de vida. En el caso de Nicaragua, Powell prometió al presidente Enrique Bolaños el voto decisivo de Estados Unidos para que los organismos internacionales de financiamiento (FMI, BM) le condonen el 80% de la deuda externa, de 6,500 millones de la llamada Iniciativa para los Países Pobres y Altamente Endeudados (HIPC por sus siglas en ingles).
Algunas autoridades norteamericanas han manifestado que de seguir la crisis institucional y de darse posibles platicas entre sandinistas y liberales arnoldistas con miras a reducir el periodo del presidente Bolaños, la Casa Blanca excluiría a Nicaragua de TLC.
Unos a la bulla otros a la cabuya.
Eventos de carácter político también se desencadenaron en el escenario nacional tras la visita del Secretario de Estado norteamericano. Colin Powell, incitó a los partidos de la derecha del país, a buscar consensos alrededor de un conjunto de leyes que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial imponen de condición para que Nicaragua reciba la condonación de una parte de su deuda externa, en el marco de la iniciativa HIPC. Estas eran las leyes de endeudamiento público, la ley de regulación de emisión de bonos y el presupuesto nacional del 2004.
Powell explicó que estaba muy interesado que las fuerzas “democráticas” de Nicaragua tuvieran un consenso, no totalmente, pero si en temas de importancia nacional y los invito a olvidarse de Arnoldo Alemán, quien se encuentra enfrentando juicio por corrupción, y evitar un eventual triunfo electoral del FSLN, considerado por la Casa Blanca como una organización afín al terrorismo.
En la reunión con Collin Powell participaron los diputados Jaime Cuadra, Miguel López y Oscar Moncada todos ellos de tendencia liberal, además del presidente del Partido Conservador, Mario Rappaccioli. El partido sandinista quedó esperando la convocatoria a la reunión con Powell, quienes no ocultaron su malestar y fuertes declaraciones de enojo al darse cuenta del desplante.
Muy por el contrario, representantes de organizaciones populares, críticos a la posición de la dirección del partido FSLN, realizaron un plantón la tarde del lunes 3 de noviembre frente a la Embajada Estadounidense para dar a conocer su desacuerdo por la visita de Colin Pówell al país y el envío de tropas nicaragüenses a Irak.
El FSLN maniobró propiciando un acercamiento hacia los liberales arnoldistas dando una muestra de “buena voluntad” para la negociación, al otorgar casa por cárcel a Arnoldo Alemán, líder indiscutible del PLC, dividiendo con ello a las llamadas “fuerzas democráticas” y aislando al gobierno que pretendía implementar la voluntad de Washington de “unificar” a las fuerzas de la derecha bajo su hegemonía.
En tal sentido el FSLN esta utilizando el sentimiento antiimperialista de amplias capas populares para encubrir la reedición del pacto liberal- sandinista, en el cual la absolución de Arnoldo Alemán se negocia a cambio de puestos claves en los diferentes poderes del Estado (Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Nacional, los Tribunales de Apelaciones, Consejo Supremo Electoral).
La reacción asumida por embajada estadounidense ha sido el retiro de la ayuda a la Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Nacional aduciendo que estos poderes están controlados por aparatos partidarios. El poder ejecutivo se ha visto con las manos atadas en este juego de estira y encoge. En primer lugar por carecer de capacidad de negociación no ha logrado articular su propia bancada en la Asamblea Nacional lo que le dificulta la implementación de su agenda económica de corte neoliberal. Segundo, el pretender desplazar a Arnoldo Alemán del juego político usando la excusa de la lucha contra la corrupción le ha significado al gobierno Bolaños muchos nuevos enemigos liberales. Finalmente, el gobierno se ha quedado sin aliados en la Asamblea Nacional, a excepción de la “bancadita azul y blanco” compuesta en su gran mayoría por diputados liberales inconformes con el liderazgo de Alemán en el PLC.
Reflexiones generales.
Hasta el momento no se perfila ninguna organización que presente una alternativa de salida a las crisis institucionales y políticas, quedando el país en manos de dos caudillos y un gobierno incapaz de brindar soluciones a los problemas mas sentidos de la población.
Estados Unidos ha dejado clara su posición de protectorado con respecto a Nicaragua y específicamente su rechazo a un eventual triunfo electoral del FSLN. La Casa Blanca dicto su voluntad a las “fuerzas democráticas” de unirse o pagar las consecuencias del retiro del apoyo de los Estados Unidos.
La demanda norteamericana del desarme del ejército nicaragüense se justifica más por razones políticas que militares. Los halcones del pentágono y del congreso no olvidan sus rencores y pretenden eliminar cualquier vestigio de la revolución sandinista y para asegurarse de ello pretenden ahora construir una base militar en territorio nicaragüense.
Equipo de Justicia Global.
Centro de Estudios Internacionales (CEI).
Managua, Nicaragua
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