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lunes, enero 28, 2008

Carta personal a Jose A. Pagola

Julio Ciges
Parroquia María Inmaculada
C/ Mendizábal, 17
46011-Valencia
València 9 de enero de 2008

Querido Jose A. Pagola.

No se si te acordarás de mí. Soy Julio Ciges el párroco de María Inmaculada, uno de los componentes de la Coordinadora del Fòrum de cristianos de València “cristianisme i món d’avui” y miembro del “grup de rectors del dissabte” .

Hace unos años te invité al Forum para que participaras en él con una ponencia. Te excusaste diciendo que no podías en ese momento porque estabas centrado en el libro sobre Jesús que querías publicar pronto. Te disgustaba el no poder acompañarnos, pero comprendimos bien el motivo.

Nosotros te hemos ido siguiendo semana tras semana en tus comentarios evangélicos, que los recogemos en nuestra Hoja dominical parroquial.

Y por fin hemos visto publicado tu libro JESÚS.

En estas navidades tuve unos días de vacaciones en mi pueblo y empecé a leerlo.
Me agarró tanto el libro que en dos días me leí hasta el capítulo 8. De nuevo en el tajo, continuo con el libro en el tiempo disponible.

No sabes lo que estoy disfrutando con su lectura. Me emociona y conmueve en lo más profundo de mi ser. La comunión que has logrado que haga con Jesús, me remite a mis años mas exultantes de encuentro con Él. Eso me da una alegría tal, que me llena de fuerza y libertad. Más aún, me anima a potenciar, cada vez más, la opción de seguir a Jesús con toda mi alma, trabajando, a pesar de todo, para que su causa, su estilo, su mensaje, su vida, la recreemos con más nitidez. Hay que suprimir tanta hojarasca como la que hemos puesto.

Pero además, como tu libro está escrito con tanta frescura y con un lenguaje bien sencillo y próximo al pueblo (sin perder el rigor y seriedad teológico), su lectura se hace muy asequible.

Tal es así que voy a contarte tres anécdotas.

1
Mi familia del pueblo, cuando me veía leerlo y sentirme tan feliz y gozoso, disfrutaba enormemente, sobre todo al escuchar los comentarios que me surgían, según iba leyendo.

2
El domingo 30 de diciembre celebramos con mi familia el 25 años de casados de mi hermano y su esposa. En la tertulia del café les hice el regalo de tu libro con una hermosa dedicatoria, comentando con todo el personal que dicho libro debía ser leído por todos.

3
En las misas festivas de estos días, públicamente y en la homilía, he sacado alguna idea del libro y he comentado que tu libro debería ser de obligada lectura para todo cristiano, sea joven o viejo. Esto mismo lo he dicho en muchos grupos de reflexión y en la coordinadora del Fòrum.

COMPRENDERÁS, PUES, EL IMPACTO QUE ME HA PRODUCIDO EL SABER (hoy mismo, al leer tu nota en eclesalia) DE LA CAMPAÑA DE ATAQUES Y DESPRESTIGIO QUE SE HACE CONTRA TI Y TU LIBRO.

No se porqué, pero dadas cómo están las cosas, me las temía, aunque me resistía a creer que se producirían, por eso de la esperanza.

Por eso, sin más tregua te escribo, diciéndote todas estas cosas, tal y como salen espontáneamente de mí y para manifestarte mi solidaridad y mis ánimos más sinceros.
Están como locos, estos intransigentes reaccionarios. Ellos mismos se están tirando tierra a los ojos, aunque lo pague, desgraciadamente, toda la Iglesia de Jesús y haga sufrir tanto a tanta gente.

Me ha gustado tu escrito aparecido en la Epifanía. Es verdad. En estas circunstancias, hay que resistir con fuerza y esperanza y con el talante evangélico. Tenemos que llenarnos del espíritu de Jesús y con él sufrir sin derrumbarse, haciendo cada vez más evidente que ese camino de la amenaza, del insulto, de la intransigencia dogmática y de la condena, no va a ninguna parte. Más aún, que esa manera no representa a la comunidad de Jesús. Por eso nosotros, que formamos parte de la Iglesia de Jesús (por mucho que les pese a “esos furibundos salvadores que se creen en la posesión de la verdad”), queremos seguir empeñados en que la Iglesia se manifieste como lugar y experiencia de salvación, curación y liberación para todos los seres humanos, especialmente para los más desgraciados y abandonados de nuestro mundo, tal como hizo Jesús.

Sinceramente, creo que estas haciendo mucho bien con tu libro. Es tan esclarecedor, iluminador y esperanzador para tantos cristianos que, digan lo que digan, no te pueden quitar la paz ni, mucho menos, la satisfacción de una obra bien hecha y en servicio al pueblo cristiano y a tantos hombre y mujeres de buena voluntad de nuestro mundo.

Con mi agradecimiento más sincero, mis oraciones más profundas, mi acompañamiento más solidario y mis ánimos más sentidos, recibe mi cordial abrazo de hermano y amigo en el camino hacia el Reino.

Julio Ciges