Los discípulos de Jesucristo en América Latina para una cultura nueva
P. José Alberto Quirós
SEMANA TEOLÓGICA - 2007
INTITUTO TEOLÓGICO DE AMÉRICA CENTRAL
Consideraciones preliminares
El saludo, el agradecimiento y la satisfacción personal a los organizadores de la Semana Teológica, al Instituto Teológico de América Central - intercongregacional y a ustedes participantes de este conjunto de reflexiones de acercamiento en torno a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en cuanto proceso eclesial, en cuanto encuentro episcopal en cuanto texto conclusivo, especialmente el encuentro episcopal y el texto de conclusión, situados en Aparecida entre el 13 y el 30 de mayo del año en curso, definida por la vinculación eclesial y el geográfico, la Conferencia de Aparecida.
El tema general de estos momentos de reflexión e interpretación de la V Conferencia de Aparecida, propuso “Balance y perspectivas del documento de Aparecida”.
El desarrollo de estas noches, con sus distintos momentos de reflexión e interpretación de la V Conferencia de Aparecida, han integrado, ampliado y destacado aspectos, criterios y conceptos relativos con el documento final de Aparecida. El momento de encuentro, de reflexión e interpretación del documento de Aparecida en esta noche se vincula, prolonga e integra conceptos y visiones, propuesta por los expositores y participantes anteriores del hecho Aparecida.
Esta noche busca, formula y hasta delimita el tinte y la dinámica teológica del documento, esto con relación a un factor de la misma: “El discípulo y el misionero de Jesucristo”.
La descripción, los momentos y las reflexiones siguieron un orden y énfasis, cuyo desarrollo es el siguiente:
La Misión en su panorama y realización en Aparecida; En ese momento hubo el esbozo teológico y el bosquejo del discipulado. Fue la interpretación de un pastor, un teólogo y un participante de Aparecida, Mons Vitorino Girardi.
La nueva perspectiva de Iglesia vislumbrada en Aparecida. En ese momento se formuló qué Iglesia y qué integración eclesial era propuesta para la acción y presencia la Iglesia Latinoamericano- Hubo en ella un bosquejo teológico y un fundamento eclesiológico. Fue la interpretación de un analista científico, de un presbítero, de un religioso y de un profesor del ITAL. Ese enfoque eclesiológico planteado requirió la propuesta del discipulado.
Los retos del cristianismo en una nueva sociedad: América Latina, cultura Cristiana y vida eclesial.
Ese momento de análisis estableció consideraciones teológicas en torno a Cultura y Evangelio, o bien inculturación del evangelio, hubo la formulación de aspectos del discípulo y el discipulado. El ponente, fue un biblista, un religioso, un presbítero y un participante de Aparecida
El último momento se ocupa de Aparecida en su panorama teológico del discipulado
El tema asignado y el énfasis teológico de interprotección del documento.
La presentación de la temática de la V Conferencia Episcopal, en esta noche, es “La teología del discipulado en Aparecida”. Busqué el replanteamiento, en otros títulos: Primero fue “discípulos del Señor en la vida y la acción eclesial de América Latina ante la llegada del Nuevo Milenio”. En segundo lugar fue: El discípulo de Jesucristo en América Latina en una nueva realidad con su teología y características. El tema, en su formulación y en sus análisis propone lo siguiente: porqué y para qué la Conferencia de Aparecida, y también porqué el documento formula una teología, en qué medida y en que sentido esa teología se orienta y se integra en el discipulado, pues su tema general fue: “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan vida.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” ( Jn 14,6).
Es la formulación de la propuesta teológica del discipulado como un criterio emergente del evangelio, de la fe, de la identidad cristiana y de la conducta cristiana en América Latina.
Por esa formulación se da el planteamiento de la búsqueda y de la definición de los discípulos de Jesús, el Señor en situaciones concretas de personas, núcleos humanos, pueblos y realidad eclesial latinoamericana (cfr Nº 11- Introducción).
Es posible indicar que el documento de Aparecida ofrece, desarrolla y fija una teología propia, con su dinamismo y características para vivir la fe y actuar cristianamente en el continente americano (Latinoamérica y el Caribe) en el presente?
En qué modo y en qué medida el evangelio ilumina, redimensiona e impulsa la acción eclesial y la situación específica del continente y lleva a parámetros teológicos pastorales?
Los encuentros y documentación episcopal latinoamericana contemporáneas, anterior, a partir de la segunda mitad del siglo XX, en forma particular la Conferencia de Medellín (1968) y la Conferencia de Puebla ( 1979) buscaron y formularon su propuesta teológica. La primera desde la teología de la liberación y la salvación en América Latina. La segunda desde la teología de la Comunión y la participación en A.L.
El criterio emergente teológico se convirtió en el ojo, en el prisma, en la mediación del evangelio, de la fe y de la conducta cristiana para América Latina, según lo vivido y reflexionado en esas conferencias.
El criterio teológico formulado por la presentación del documento final, de Puebla, elaboración de la presidencia de la Conferencia, expresó lo siguiente “La línea teológico- pastoral está conformada en el documento de trabajo por dos polos complementarios: La comunión y la participación (Co- participación).
La asamblea y el documento de Aparecida, siguiendo el camino y la herencia evangélica, de fe y eclesial de las otras conferencias, también quiere ofrecer, formular y delimitar una clave de lectura y un núcleo integrador teológico para el discernimiento, la reflexión y la acción eclesial en América Latina ante una nueva realidad. Esto surge como una hipótesis, como una cuestionante y es como un desiderable. Esa primera interrogante e hipótesis, surge de su tema: “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que en Él tengan vida.” Allí parece posible el emerger de un criterio teológico pastoral. “El ser discípulos de Cristo, camino y vida, para conducir a otros a ser y actuar como discípulos del Señor en América.
La Ubicación y la explicitación de la teología del discipulado en la vida y acción de la Iglesia Contemporánea Latinoamericana.
La presentación y la descripción de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano exige y establece una ubicación y explicitación de momentos, eventos y hechos relevantes. Desde ellos se descubre la posibilidad y la realización de una nueva conferencia.
El origen y la organización del CELAM por el 50 aniversario de la I Conferencia General en Río de Janeiro y la fundación del CELAM (1955).
La fijación, la orientación y la integración de la vida y la actividad de la Iglesia, universal y latinoamericana ante el inició del siglo XXI y el Camino de la Iglesia en el Tercer Milenio (año 2000), concentrado en el Jubileo de la Encarnación.
La elección y el inició del ministerio de Benedicto XVI como obispo de Roma, en donde señala la búsqueda de Cristo como tarea de la Iglesia en una naciente etapa.
Esa búsqueda de Cristo en la Iglesia, apoyado en la teología Agustiniana, empleando el símil: La luna refleja la luz de Cristo (cfr Discurso Inaugural).
Esta llegada del nuevo obispo de Roma, de su ministerio apostólico y de la búsqueda de Cristo para un nuevo período eclesial y cultural, llevó al nuevo Papa al establecimiento de la posibilidad y la factibilidad de un nuevo encuentro episcopal como respuesta al novedoso período del continente.
El Papa Benedicto XVI dio aprobación a la conferencia y formuló su tema con su impronta, este último expuesto así: “Discípulos y misioneros para que nuestros pueblos en El tengan vida”. “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. (Jn 14,6)
El sucederse de esos momentos, eventos y hechos de la Iglesia contemporánea marcaron la experiencia y vivencia de América Latina. Ella ha buscado a Cristo ella ha encontrado a Cristo, y ella ha comunicado a Cristo en los momentos vividos.
Desde América Latina se ha descubierto la Iglesia en su búsqueda, en su seguimiento y en su ofrecimiento de Cristo. Aquí conviene el recuerdo de la oración de Mons Pironio sobre Santa María de América, Nuestra Señora de la Esperanza, con su propuesta de dar a Cristo.
Esos momentos, eventos y hechos destacados condujeron a la formación de los discípulos para el encuentro de Cristo, camino, verdad y vida en nuestros pueblos.
La búsqueda, el encuentro, el seguimiento y la entrega de Cristo en la realidad y en la Iglesia de América Latina fueron destacados por el Papa Benedicto XVI, con sus palabras introductorias al documento de conclusión, formuladas así: “La Asamblea es el momento grato del encuentro del Papa con los pastores y con los pueblos para ayudarles a ser discípulos y misioneros de Jesucristo en el tengan vida en abundancia” (cfr Aprobación en documento)
En esa misma introducción al documento, los obispos participantes han destacado la reunión de Aparecida y su encuentro principalmente como parte de la acción pastoral en América Latina, se han convertido en la llamada a ser todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, camino, verdad y vida para que nuestros pueblos tengan vida en el (cfr DA #1).
En esa misma introducción, los obispos participantes, plantean la experiencia fundante de la Iglesia en América Latina en sus exigencias, con la expresión siguiente: La Iglesia de América Latina está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales”. Luego agregan: Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad como discípulos de Jesucristo y misioneros de su reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu (cfr introducción Nº 11. En esta afirmación los obispos indican la búsqueda, la identidad y la capacidad de contribuir y construir la realidad y acción eclesial en América Latina.
La propuesta de la relación Jesús y el discípulo en la perspectiva bíblica en la tradición eclesial.
El enfoque y la perspectiva teológica, siguiendo Vaticano II exigen criterios fundamentales para el enfoque sólido, estos provienen:
a. Son parte de la revelación.
b. Son aceptados y conservados en al tradición de la Iglesia.
c. Buscan su formulación en la enseñanza conciliar o magisterial.
La propuesta del discipulado y el misionero de Jesús ha de fundamentarse en la tradición bíblica y eclesial, en el Magisterio.
El discípulo y su relación con Jesús se formulan en la perspectiva bíblica tanto en A. T. como en N. T.
A. T. el discípulo es parte de la experiencia judía: Es el círculo de allegados a un maestro. Esa relación lleva al conocimiento de algo, especialmente unas enseñanzas, una norma o unas elecciones.
N. T. El discípulo es parte la experiencia cristiana, señalan las relaciones propias del discípulo con la elección directa de Jesús.
- Es la llamada directa integra un pequeño circulo.
- Ellos reconocen y siguen a Jesús.
- No se ligan a algo sino a alguien.
- No son los siervos sino los amigos ( Jn
- Toman una dedición responsable.
- Marchan y toman el destino de Jesús.
- Se tienen condiciones propias y determinadas.
- Se pide lo último – exigente Jn 14, 20.
- Llegar a ser hermanos
El enfoque, el dinamismo y la particularidad del dinamismo bíblico esta apoyado en los evangelios sinópticos y en Juan allí se permite vislumbrar algunos rudimentos teológicos o interpretativos de la fe con relación al discípulo y el discipulado. La teología asume parte de reflexión de la fe, de la comunidad creyente.
Esa reflexión e interpretación de la fe bíblica se asume e interioriza en la vida y tradición de la Iglesia, ella se explicita en el magisterio eclesial universal, regional o local.
El magisterio eclesial contemporáneo ha fijado su atención en el discípulo y en el discipulado de Jesús, por las coordenadas del Vaticano II, con las constituciones decretos declaraciones. Allí fue importante la relación Cristo e Iglesia y la relación Cristo y Persona humana. Son dos dimensiones para señalar el designio y la obra de Dios: Del Padre, por el Hijo y el Espíritu - La Iglesia y la persona Humana.
Esto fue planteado y explicitado en las constituciones:
Lumen Gentium, Dei Verbum, Gaudium et spes.
Los decretos:
Apostólica Actuositatema y en Ad Gentes.
Ellos ponen de relieve:
Cristo en relación al Apóstol y al apostolado priva esa perspectiva del apóstol y del apostolado.
El sínodo de la Evangelización y la Exhortación Apostólica la evangelización en el mundo contemporáneo tiene la propuesta de la evangelización, como tarea indispensable y esencial de la acción eclesial. La evangelización es la vocación propia de la Iglesia (cfr E.N. # 14 y # 18)
Establecen la perspectiva siguiente:
* Vida y amor del padre: Buena Nueva del reino.
* Jesús mismo es Evangelio de Dios, es el enviado, es el Evangelizador.
* La Iglesia es Evangelizada y Evangelizadora.
* Los diversos miembros integrados en la vida de la Iglesia, ellos son enviados por la Iglesia, – son las formas diversas de realizar la evangelización.
Estos documentos de la enseñanza magisterial de la Iglesia orientaron la teología a la centralidad de Cristo, en ella se formuló una cristología con la prioridad del revelador y del evangelio del Padre, también ella destacó el énfasis en la Antropología Cristiana, desde ella la presencia, y acción de la persona en el mundo, con la manifestación y realización de Cristo, en la cristología sostiene la antropología cristiana: El primer hombre según Adán busca y alcanza plenitud en el segundo Adán Cristo.
Posteriormente, esta antropología se asumió en el magisterio pontificio del difunto Papa Juan Pablo II, entre 1978 y 2005, en donde se destacó la vinculación de Cristo con persona humana y con cultural cristiana.
Estos aspectos fueron expuestos en el inicio del ministerio apostólico del difunto papa, especialmente en el discurso de inauguración de su ministerio apostólico, también en el mensaje a la Conferencia General de Puebla con sus tres verdades: Cristo, la Iglesia y el hombre y su primera encíclica: “Redentor Hominis”.
Este enfoque magisterial entorno a la evangelización, especialmente con la visión de Nueva Evangelización cambió el concepto Apóstol y apostolado Agente de Pastoral provenientes del Vaticano II, con la acción eclesial asume la pedagogía de la evangelización, con la riqueza de sus valores, llegan a ser los propulsores de una acción eclesial en las manifestaciones culturales, en la búsqueda del compromiso a una auténtica adhesión en la fe. De ese modo Santo Domingo en su documento asume e interpreta a Puebla en la evangelización de la cultura.
El magisterio regional y local de América Latina en sus orientaciones teológicas y pastorales.
Esta presencia y énfasis del Magisterio teológico y pastoral regional se hacen perceptibles y visibles en las Asambleas Generales del episcopado realizadas en la segunda parte del siglo XX como han sido:
La Conferencia de Río de Janeiro, la de Medellín la de Puebla y la de Santo Domingo. En la parte final del siglo XX la vida, la actividad y los esfuerzos de la realidad eclesial del continente fueron impulsadas por esas congregaciones episcopales.
En ellas está presente la reflexión y el aporte teológico y pastoral, que guía a los creyentes en Cristo, como un sacramento de la vida comunidad eclesial.
El documento de conclusión de Aparecida ha puesto de relieve la continuidad de las otras conferencias precedentes según el espíritu imperante en las anteriores da un nuevo impulso a la Evangelización, para que los pueblos de América Latina sean pueblos que crecen y maduran en la fe para ser luz del mundo y testigos de Cristo con su propia vida ( cfr Introducción Nº 16 y DI 2).
En la conferencia de Río de Janeiro apareció la formulación de apóstol y apostolado, señalando la prioridad en los eclesiásticos, busco su proyección en los laicos.
En Medellín hubo la formulación de Apóstol y apostolado, en el dinamismo de la liberación y la salvación.
En la Conferencia de Puebla fue señalada la Evangelización con sus evangelizadores. El Evangelizador se une y actúa en unión a Cristo.
En Santo Domingo se propone: Agentes de Pastoral y Nueva Evangelización.
Aquí están las bases magisteriales del discípulo y el discipulado, propuesto, definido y esclarecido en la V Conferencia.
El discípulo y el discipulado parte de la acción y construcción eclesial de América Latina
Después del concilio Vaticano II y como el corolario de la Populorum Progressio del Papa Pablo VI, fue formulado y planteado lo propio y lo específico de la vida y la acción de América Latina y de su Iglesia, especialmente en el discurso preparatorio al Encuentro episcopal en Mar del Plata, como proceso de preparación a Medellín.
El discurso hizo una inulación para convocar la América Latina a asumir su vocación y a la realización de la misión de la Iglesia dentro de ella, para el logro de una síntesis nueva y genial, lo antiguo y lo moderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros nos entregaron y nuestra propia originalidad ( Introducción a Medellín). Esto formulado por Pablo IV y sumido por Medellín, es interpretado por Puebla en su capitulo 1 Nº 4, al señalar la Evangelización como la misión propia de la Iglesia, en la historia de América Latina, allí se descubre la vocación propia a una síntesis nueva, genial y original (cfr. Puebla Nº 4).
En su discurso inaugural a la Asamblea de Aparecida, el Papa Benedicto XVI propone la convocación de América Latina y del Caribe, también de su Iglesia para discernir y asumir su vocación y misión, como experiencia de fe que anima y fortalece la vida y la cultura de los pueblos, como reflexión sobre la situación del continente, y como ayuda a los fieles cristianos a vivir su fe con alegría, coherencia, y así tomar conciencia de ser discípulos y misioneros de Cristo, enviados por el mundo para anunciar y dar testimonio de nuestra fe y del amor.
Por esto se llega a que Cristo tiene una importancia única e insustituible para el continente y para la humanidad.
Puso a Dios por fundamento, descubrió la comunicación con Jesús y exigió la comunicación y el encuentro con el más pobre (cfr Deus Caritas Nº 15).
El Papa formuló criterios fundamentales del discipulado en relación a la Palabra de Dios, y llevar la Buena Nueva a los hermanos. Así el discipulado son dos caras de una misma medalla. El discípulo se enamora de Cristo, asume el anuncio de él al mundo para su salvación (Hech 4, 12).
Destaca el discurso lo siguiente. El discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro.
El papa al hablar de los campos prioritarios en la acción de la Iglesia en la parte 5, propuso a los sacerdotes como primeros promotores del discipulado y la misión.
En la parte conclusiva, a modo de exhortación se apoya en la petición a Jesús de los discípulos de Emaús. “Quédate con nosotros”, (Luc 24 29). Al plantear su despedida y su regreso a Roma entregó el Triptico de arte cusqueño, centrado en la Ascensión, y señala que ese recuerdo acompañe e inspire de modo particular, con son imágenes, donde se evoca la relación de Jesucristo con sus discípulos y misioneros para la vida del mundo.
El Documento de Participación.
Este documento centra la atención y pone en el gran panorama del camino del encuentro con Jesucristo vivo, con sus diversos pasos, y así desplegar con la ayuda de Dios, toda la riqueza de ese encuentro con Jesucristo para formar los discípulos y misioneros suyos cuya finalidad es la configuración con él y construir la respuesta del discípulo. En la introducción el documento indica el temario de la V Conferencia, por el busca participación amplia en la etapa preparatoria de la Asamblea, como hora de gracia y de conducción pastoral, centrado en la vocación de los discípulos y misioneros de Cristo, llamados por Él al inicio del tercer milenio para que nuestros pueblos puedan saciar su fe de vida en Cristo.
Luego entre sus capítulos, el tercero hace la invitación a ir al encuentro de Jesucristo y a permanecer en Él como discípulos y misioneros suyos que viven en la comunión de la Iglesia, con la propuesta de la profundización bíblica y teológica de la condición de discípulos y misioneros, y luego tomar y seguir su camino y así convertirse en discípulos y misioneros Jesucristo, y estos lo entreguen para que otros lo sigan.
El capítulo III titulado discípulos y Misioneros de Jesucristo:
Pone como punto de partida. La identidad propia de América Latina.
Mediante la pregunta sobre la identidad, se plantea la interrogante de la plenitud de la vocación y la misión cristiana, en ese proceso se descubren las vacilaciones y los desafíos seculares del inicio del siglo XXI y desde esa misión eclesial surge la orientación pastoral de América Latina, ella va al encuentro con Cristo, como voluntad de responder vigorosamente a los desafíos de nuestro tiempo y para extraer la potencialidad de la fe para tener una vida feliz y más plena.
La formulación de aspectos y niveles de búsqueda del ser discípulos y misioneros de Cristo, comprendidos entre los 39-60, llevan a una perspectiva de iluminación por la fe y de realización de la espiritualidad Esta parte del documento está subdividida en los apartados: a- El encuentro con Cristo vivo, discípulos y misioneros suyos. b- Discípulos de Jesucristo. Esos apartados destacan el fundamento del discipulado y de la misión, considerado como el encuentro con Jesús, en tanto que encuentro vital y como introducción a las dimensiones profundas de la vida, esto permite lograr aquella persona, que lleve al encuentro con Cristo, es el sujeto que responde a grandes retos y desafíos. Es el llamado, marcado con estupor y asombro, es el llamado personal, hecho por Jesús el es quien elige y el llama. Es la invitación personal, y firme para la escucha y la obediencia, a Jesús es la respuesta de amor que llama al amor, ella conduce en la comunión de vida y en la misión con Cristo.
El documento de síntesis en una constante teológica del designio de Amor del Padre y la salvación del hombre, en ella fija la interpretación de los creyentes, como discípulos y misioneros de Cristo (Nº 54 cfr Nº 54).
Establece la iluminación de la realidad, haciéndola creyente desde la centralidad de Cristo y la Eclesiología el Vaticano II esto garantiza los objetivos primordiales de la V Conferencia: Vivir un discipulado misionero capaz de engendrar la vida en abundancia (Jn 10,10) para los pueblos de esas tierras (cfr Nº 83)
En la segunda parte, al formular la iluminación, parte de Jesucristo, (cfr en # 98), en la vida divina participada y en amor de comunión, traen la transformación en la unión con Cristo, y lleva a las notas distintivas del discípulo “ amigo y hermano” (cfr Nº 101), en esa perspectiva el discípulo se une a Jesús para promover el Reino de Dios, sentido último de la misión de Jesús, esto hace la condición de misioneros, y forman parte de la Iglesia, comunidad de los discípulos que recibe el encargo de proclamar la Palabra del Padre en la Iglesia se da la comunión con discípulos, establecen criterios cristológicos en relación al discípulo, como el ser siempre discípulo, también propone la relación de ser discípulos con el Espíritu Santo, ellos hacen discípulos misioneros: Establece la Espiritualidad misionera.
La variedad de documentos y aportes se vitaliza y se redimensiona por el discurso inaugural en donde de su significado el discipulado y misioneros de Jesús.
Esquema final del documento y su énfasis.
Aprobación del Esquema del documento final fue el lunes 20 de Julio, con el método ver, juzgar y actuar, el asumirá unos ejes temáticos: Discípulos, Misioneros y vida.
La temática General del Esquema del documento fue el siguiente:
1. El hoy de América Latina y el Caribe.
2. Alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo.
3. Nuestra vocación de discípulos y misioneros: centraliza de visión del discipulado.
4. La Comunidad de los discípulos misioneros de Jesucristo.
5. El itinerario de los discípulos misioneros.
6. La misión de los discípulos misioneros.
7. Conversión Pastoral y diversas áreas de tarea pastoral.
En la Introducción al documento, los obispos participantes destacan la reunión de Aparecida y su encuentro episcopal del siglo XX, en forma particular la conferencia de Medellín (1968) y le conferencia de Puebla (1979) buscaron y formularon su propuesta teológica. La primera en América Latina. La segunda desde la teología de la Comunión y la participación en A.L.
El criterio emergente teológico se convirtió en el ojo, en el prisma en la meditación del evangelio, de fe y de conducta cristiana para América Latina, según lo vivido y reflexionado en las conferencias.
El criterio teológico en la presentación del documento final de puebla, propuesto por la presidencia de la Conferencia se expresó así “La línea teológica-pastoral esta conformada en el documento de trabajo por dos polos complementarios: La comunión y la participación (Co-participación).
La asamblea y el documento de Aparecida, siguiendo el camino y la herencia evangélica de fe y eclesial de las otras conferencias, ella también quiere ofrecer, formular y delimitar una clave de lectura y un núcleo integrador teológico para el discernimiento, la reflexión y la acción eclesial en América Latina ante una nueva realidad. Esto es una hipótesis, es un cuestionarte. Esta primera interrogante e hipótesis surge de su tema: ”discípulos y misioneros de Jesucristo para que en Él tengan vida¨. Allí parece probable el emerger de un criterio teológico pastoral “El ser discípulos de Cristo, camino y vida, para conducir a otros a ser y actuar como discípulos del Señor en América¨.
La ubicación y la explicitación de la teología del discipulado en la vida y acción de la Iglesia Contemporánea Latinoamericana.
La presentación y la descripción de la V Conferencia del episcopado Latinoamericano exige y establece una ubicación y explicitación de momentos, eventos y hechos relevantes. Desde ellos se descubre la posibilidad y la realización de una nueva conferencia.
El origen y la organización del CELAM por el 50 aniversario de la I Conferencia General en Río de Janeiro y la fundación del CELAM (1955).
La fijación, la orientación y la integración de la vida y la actividad de la Iglesia universal y latinoamericana ante el inició del siglo XIX y el camino de la Iglesia en el Tercer Milenio (año 2000), concentrado en el Jubileo de la Encarnación.
La elección y el inició del misterio de Benedicto XVI como obispo de Roma. Surge una nueva figura del obispo de Roma, en donde señala la búsqueda de Cristo como tarea de la Iglesia en una naciente etapa. Esa búsqueda de Cristo en la Iglesia con la teología Agustiniana, empleando el símil: La Luna refleja la luz de Cristo.
Esta llegada del nuevo obispo de Roma, de su ministerio apostólico, y esa búsqueda de Cristo para un nuevo período eclesial y cultural. Estableció la posibilidad y la factibilidad de un nuevo encuentro episcopal como respuesta al novedoso período. Aquí se dio la aprobación de Benedicto XVI y formulo su tema, con su impronta: “Discípulos y misioneros para que nuestros pueblos en El tengan vida”.
A lo largo de esos momentos, eventos (Jn 14,6) relevantes de la Iglesia Universal, ha estado la experiencias y vivencias de América Latina. Ella ha buscado a Cristo ella ha encontrado a Cristo y ella ha comunicado a Cristo. “Desde América Latina se descubre una Iglesia que busca, sigue y ofrece a Cristo: Conviene recordar la oración de Mons Pironeo sobre la Iglesia – América despierta” Esos momentos, eventos y hechos destacados condujeron a la formación de los discípulos para el encuentro de Cristo, camino, verdad y vida.
La búsqueda, el encentro, el seguimiento y la entrega de Cristo en la Iglesia de América Latina ha sido destacado por el Papa Benedicto XVI en las palabras introductorias del documento, cuando expresa: La asamblea es el momento grato del encuentro del Papa con los pastores y con los pueblos para ayudarles a ser discípulos y misioneros de Jesucristo en El tengan vida en abundancia.(Cfr Aprobación en documento)
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