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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

lunes, junio 19, 2006

Dominicana, su izquierda política

FIDEL SANTANA

Cualquiera que lo ve por ahí, a pie y confundido entre la gente, jamás pensaría que ese hombre bajito, de andar pausado, con apariencia innegable de profesor de escuela elemental, es uno de los líderes más sólidos de la más radical izquierda dominicana (esa: la más reprimida y acechada; la que trabaja en la insurgencia proletaria; la que se mueve con irrestricta libertad en los barrios y sus callejones; la que impulsa a la estudiantada popular que cumple el deber de soñar; la que no hace alianzas convenencieras con los partidos tradicionales).

Nadie, pues, pensaría que Fidel Santana, hombre de apenas 41 años que ha estado preso en todos los gobiernos desde los años setenta a esta parte; que habla en voz baja, reflexivo y cuidadoso en cada expresión, como si sus ideas fueran joyas invaluables de un enorme rosario de gestas y utopías, es la cabeza (entendido esto literalmente) del Frente Amplio de Lucha Popular, FALPO, el agrupamiento revolucionario más activo del país y el más difícil de descodificar, por su carácter y difuso y por su heterogeneidad.

Tu nombre pesa una tonelada ¿de dónde te viene?

Mi papá, José Santana, es un hombre de izquierda, de origen campesino, que en las postrimerías del régimen de Trujillo, llega desde Mao a Santo Domingo.

Aquí se integra a la lucha clandestinas y después de la muerte del dictador participa en todas las coyunturas revolucionarias: el 14 de Junio, la Guerra de Abril, la resistencia contra Balaguer. Y sigue siendo un revolucionario furibundo.

Nací el 2 de mayo del 65, en plena guerra de abril, mientras papá combatía en el comando San Carlos junto a Oscar Santana, Emilín Herasme, Chestaro y Pin Montás.

¿Que leías cuando empezó tu toma de conciencia sobre la realidad dominicana?
Comencé a leer muy temprano a Duarte. Mi papá me indujo a leer a Duarte.

Pero Duarte escribió muy poco Es uno de los próceres de América que menos escribió; de hecho se manejaba más bien con frases.
Sí, pero recuerdo uno de los libros, el de Angela Pena, “Así era Duarte”, uno de los primeros libros que leí, teniendo ocho años.

Recuerdo el de Nguyen Van Troi, “Vivir como él”, y algunas biografías de mártires y revolucionarios, tanto dominicanos como de otros países. Leía de todo. Me gustaba mucho la poesía y el cuanto. Es más, escribí algunos versos y todavía a veces lo hago…alguna poesía erótica que escribí cuando estuve preso en Colombia, donde combatí en la guerrilla.

Me entusiasmó mucho en secundaria una maestra de literatura, Laureana Nicasio, una monja sin hábito que me ayudó mucho, porque en su congregación tenían una biblioteca que se convirtió en mi refugio. En su casa, que quedaba próximo al Palacio Nacional, me metí en esa literatura hermosa de Neruda, de Huidobro, de todos esos grandes literatos latinoamericanos, con los que apasioné a los trece años.

¿Por qué te vas para Colombia?
Cuando se da el fraude del 90 contra Juan Bosch, mi generación llegó al convencimiento de que había faltado valor y decisión para conseguir que ese fraude que se le hizo a Juan Bosch fuera revertido.

Nos convencimos de que los dirigentes del PLD, con los cuales nos reunimos en muchos sitios y acordamos cosas y nos dejaron plantados, no tenían la voluntad ni la decisión de hacer nada.

También nos dimos cuenta que teníamos grandes limitaciones para tomar iniciativas; no teníamos recursos logísticos, ni teníamos la preparación para tomar una iniciativa que revirtiese esa situación. Y nos convencimos de que en el 94 Balaguer se iba a reiterar en su actitud fraudulenta, y de ahí vino la decisión de irnos para Guatemala y para Colombia a prepararnos militarmente.

¿Qué opinas de la izquierda dominicana de hoy?
Creo que la izquierda dominicana está atrapada en su pasado, atrapada en el aislamiento. Me parece que el ideologisismo la llevó a desvincularse de lo que el pueblo dominicano puede asimilar, y está atrapada entre la necesidad de dar un salto y unos esquemas muy rígidos: el divisionismo, el caudillismo de izquierda también, esa herencia maldita que nos legó la Guerra Restauradora, está muy presente aún en la sociedad dominicana, y lo está en la izquierda. Cada cacique, cada jefe se siente con la suficiente capacidad de ser el que vanguardice y ser quien dirija todo, y sólo se concibe una alianza con los demás, siempre que los demás lo apoyen.

Pero creo que ahora mismo se está dando un cambio. El camino no está todavía muy desglosado, no está tan claro. Pero hay quienes están avanzando, tropezando y zigzagueando, pero sí hay una búsqueda por el reposicionamiento de la izquierda, y también hay una amplitud en las respuestas programáticas y un reconocimiento de otros sectores sociales, ya no es una izquierda obrerista, campesinista, sino que incorpora la demanda incluso de sectores medios de la producción.

¿Esa izquierda está mirando hacia los procesos electorales?
Sí, yo creo que acá toda la izquierda ha entendido que el tiempo de las aventuras armadas está superada.

¿Incluyendo al FALPO?
Claro, incluyendo el FALPO.

Pero ustedes todavía sostienen formas de organización semiclandestinas.
No. El FALPO es una organización totalmente horizontal y abierta al público. Lo que sucede es que con el FALPO ha habido un gran esfuerzo de los organismos de seguridad del Estado y de sectores de los medios de comunicación de vender una imagen distorsionada del FALPO, pero somos una entidad popular barrial. Todos sus dirigentes son públicos, todos los dirigentes del FALPO dan la cara, no se ponen capuchas, por más esfuerzos que ha hecho la seguridad de Estado por meternos en alguna trama, o echarnos encima muertos. Tengo la información de que en todas las mesas de la inteligencia del Estado, la carpeta FALPO es la primera, y tiene todo un equipo, un cuerpo grande de inteligencia permanentemente detrás del FALPO, y detrás de mí.

Lo que tú aludes en esta parte de la entrevista, precisamente, es a una confrontación con los cuerpos de inteligencia. ¿No sería deseable que aludas otro tipo de confrontación en términos de lucha popular, en términos de confrontación ideológica que no sean con los cuerpos de seguridad del Estado? ¿Por qué te preocupa tanto la seguridad del Estado?
No, no, a mí no me preocupa. Fíjate que yo ando solo, yo no tengo ningún problema con eso, no, para mí ese no es el foco de atención, mi lucha no es contra policías, ni contra calieses, ni contra chivatos.

¿Contra quién es tu lucha?
Está claro que el enemigo del pueblo dominicano es un pequeño grupo de familias que son dueños del país y que tiene el aparato de Estado a su servicio por distintas vías y por distintos mecanismos. Entonces para nosotros esta es una lucha de la gran mayoría del pueblo dominicano. No me refiero sólo a los sectores populares empobrecidos, sino incluso a grupos empresariales, a sectores religiosos que están marginados del poder. Me reúno con grupos de las pequeñas y medianas empresas, y dicen: “Nosotros producimos el 80 por ciento de las riquezas industriales del país, y sin embargo no se nos toma en cuenta”. O sea, gente que quiere un espacio en el poder y quieren que los tomen en cuenta. Con esos sectores nosotros queremos hacer alianzas. Alianzas de clases y alianza de términos políticos, porque tenemos un proyecto de poder.

Háblame de ese proyecto de poder. ¿Cómo vamos a tomar el poder con el FALPO? ¿Qué propone el FALPO para llegar a poder?
Estamos proponiendo un gran movimiento político para acceder al poder por la vía que en estos momentos está legitimada en América Latina, la vía electoral. Este es un movimiento que hemos empezado a construir ya, y que tiene mucha gente a su alrededor, figuras importantes. Es un movimiento en el que estamos discutiendo con gente como el padre Rogelio y otros sacerdotes, con pastores evangélicos, con líderes profesionales, con líderes empresariales. Es un movimiento que busca rescatar y construir un proyecto de nación. ¿Alguna vez ha habido un proyecto de nación? Yo digo que no se trata ni siquiera de ningún nuevo proyecto de nación, sino del viejo proyecto de nación que esta pendiente desde que se fundo la República, traicionada desde el mismo momento en que se inicia la su historia.

¿Cuáles serían las propuestas de soluciones? ¿Qué ustedes proponen para las soluciones concretas que demanda la gente? Por ejemplo, el problema energético.
A mi me parece que las soluciones han sido propuestas, lo que no ha habido es voluntad para aplicarlas. Ahí está el de recurrir a la energía alternativa, para implementar un parque energético menos costoso para el país, recurriendo a combustible más barato, más asequible, aprovechar las aguas que tenemos, el viento, etc. Todo eso ha sido planteado. Me parece que lo que hay que romper es el círculo vicioso de los que tienen el negocio de los apagones. Los oligopolios, que están sacando beneficios de los apagones.

Hay que producir inversiones que permitan regularizar este servicio. Hay cosas que yo creo no es negocio estatizarlas. Yo creo que hay cosas de esas en las que se han metido algunos políticos que es preferible abandonarlas ya, pues cuesta más seguir con eso que implementar nuevas vías de solución.

Ahora estamos en una nueva camisa de fuerza que se llama Tratado de Libre Comercio, con toda su carga globalizantes. ¿Que propondrías tú para volver a ser nosotros por nosotros mismos frente a ese paquete de sometimientos?
Lo primero a considerar es que ya es imposible una sociedad aislada. Tenemos que vernos necesariamente conectados al entorno internacional. Ahora, nosotros seríamos partidarios de acuerdos con naciones hermanas en la que la competencia sea un poco más pareja.

¿Lo que propone Chávez?
Exactamente. Unos acuerdos que no nos apabullen, que no destruyan nuestro aparato productivo, sino que se complemente. Que nosotros vendamos lo que produzcamos y compremos a los países hermanos aquellas cosas que son favorables a ellos. A mí me parece que República Dominicana ha prosperado siempre que sus vecinos han tenido una economía sólida. Antes de que existiera la República, la colonia francesa, por ejemplo, fue para nosotros una salvación, y yo creo que esa experiencia nos ayudaría a entender la propuesta de una alianza caribeña. Podríamos suplir al Caribe de muchísimos renglones, porque las islitas del Caribe Oriental, todas, dependen de los que les llevan, hasta del agua.

¿Ustedes aspiran a un estado socialista?
No, hablamos de una república democrática, con una constitución decidida por la gente; una constituyente popular cuya principal tarea es la institucionalización del estado dominicano, para el cumplimiento de sus propias reglas. Pensamos que el gran salto que se puede dar en esta coyuntura es la institucionalización del estado dominicano. Eso en sí mismo es una revolución.

Sin ser una organización de masas, sino movilizadora de masas que en un determinado momento, por una razón coyuntural, porque los apagones, que el costo de la vida u otra que causa que incide en la cotidianidad de forma negativa, genera un ambiente, genera un ánimo popular, y es ahí donde se produce la presencia del FALPO como ente catalizador de esa inconformidad popular. Ahora, eso no quiere decir que ustedes asuman a las masas como parte orgánica del FALPO.

Eso tiene veracidad en algunos aspectos. Pero tenemos poder de convocatoria. En algunas comunidades sí, hay una gran militancia, por ejemplo, Licey al medio es una comunidad donde hay una gran militancia falpista, se puede decir que es una organización de masas allí; lo es en Barahona, en Navarrete, en San Francisco de Macorís, en Nagua. O sea, hay puntos de la geografía donde el FALPO no es una organización de cuadros. No te estoy hablando de 50 y 100 cuadros, sino de cientos de personas que están estructuradas en núcleos y que responden a las orientaciones de la organización. Esa no es la realidad de otras localidades, por ejemplo el Distrito Nacional, donde es una organización de cuadros.

¿Cómo definirías la situación del FALPO en el actual proceso?
Nuestra organización está consolidada. Hay una presencia más significativa en muchos municipios del país. Además, hay mayor respeto, porque una cosa está clara: al grupo nuestro se le ha querido borrar de la faz de la tierra, o se le ha temido. Y como no han podido, eso ha traído respeto.

En esa larga trayectoria de lucha, ¿Qué has ganado y qué has perdido? ¿Qué sueño echas de menos?
La poesía aparece como fantasma, conminada por algún amor efímero o cualquier conmoción del alma, pero como oficio requiere disciplina y dedicación y siempre he reído que, aunque me hubiera gustado ser poeta, mujeriego y bohemio, me he autocondenado al activismo militante en una época de reflujo. Y la verdad, cuesta mucho cargar los sueños de tanta gente en tan pocos hombros.
Pro siempre he dicho para mí mismo que si me hubieran puesto a escoger entre la militancia revolucionaria y la poesía, me hubiera quedado con la poesía. (Bueno, generalmente son la misma cosa).