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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

viernes, junio 16, 2006

Euskara

IX - LITERATURA VASCA

El primer libro escrito en euskara es el Linguæ Vasconum Primitiæ (Primicias de la lengua de los vascones; Burdeos 1545) colección de poemas religiosos y eróticos del sacerdote Bernard Etxepare (Bernard d'Etchepare). Nació en Sarrasketa de 1470 a 1480 en una localidad cercana a la capital de la Baja Navarra, Donibane Garazi (Sant-Jean-Pied-de-Port) y fue sacerdote. No es casualidad que el primer escritor eusquérico sea un sacerdote. Los sacerdotes tenían que predicar al pueblo y para ello necesitaban cultivar el lenguaje popular que, en este caso, era el euskara. Por el título de la primera obra escrita en euskara, por el prólogo y por algunas estrofas del texto, se ve que el autor era consciente de ser el primero que publicaba un libro en euskara. Este consta de un breve prólogo y quince poemas que, por su materia, pueden dividirse en cuatro partes: Una primera, la más larga, de temática estrictamente religiosa; la segunda, tiene como tema el amor humano y es tal vez la más original y de aliento más cálido; una tercera autobiográfica, en el que el autor hace profesión de su inocencia; la cuarta, finalmente, es un grito de júbilo por la irrupción del euskara en el mundo de las publicaciones literarias. Hasta en lo que podría llevarle a la aridez (la exposición de la doctrina cristiana), Etxepare demuestra estar, con toda naturalidad, dentro de una gozosa armonía tridimensional: vida, palabra y ritmo. Etxepare expone doctrina cristiana pero en el mundo de la labranza vasca, donde siervos y señores conviven amistosamente pero también se exigen:
Ecen iaunec estu nahi mutil gaiçtoa eduqui, eç pagatu soldataric cerbitcatu gaberic. (Ningún amo quiere un mal criado, ni pagar soldada sin que le sirvan)
La Reina de Navarra Joanna III de Albret, se decidió a dar apoyo explícito a la lengua vasca en el contexto de la reforma protestante de tipo calvinista, que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVI en el área de su dominio, es decir, en el norte de los Pirineos, incluido Biarno (el Bearn).

En este contexto de luchas religiosas llegó a ser posible que se dieran las circunstancias favorables para que se produjera el venturoso hecho de la creación ex novo de la prosa vasca, al traducirse el Nuevo Testamento en toda su integridad.

El personaje encargado por el sínodo calvinista de Pabe (Pau) en 1565 para llevar a cabo la traducción al vasco del Nuevo Testamento fue Joannes de Leizarraga (1506-1601),
nacido en Beraskoitze (Lapurdi). Su traducción se llamaría Jesus Christ gure Jaunaren Testamentu Berria (Nuevo Testamento de nuestro Señor Jesucristo). Los datos sobre su juventud son escasos, si bien sabemos que fue ordenado sacerdote, pero que en 1559 se convierte al evangelio lo cual le acarrea persecución y encarcelamiento y, como muchos otros protestantes, encuentra asilo al amparo de Joanna III de Albret. La traducción de Leizarraga está concienzuda y escrupulosamente hecha, de acuerdo con el espíritu que animaba las traducciones protestantes de su época de estricta fidelidad al texto original griego. Para su traducción utilizó el texto griego del Nuevo Testamento preparado por Erasmo de Rotterdam, el mismo que usara Lutero para su traducción al alemán. Otras obras suyas fueron Kalendrera (Calendario) y Abc edo Christinoen instructionea (Abc o la instrucción de los Cristianos). Leizarraga se caracteriza por ser un escritor que utiliza en su literatura muchos términos cultos de origen grecolatino.

Axular o Pedro de Agerre y Azpilicueta
nació en Urdax (Navarra) en 1556. Siendo Axular el nombre que utilizó en sus escritos eternizando así el nombre del etxe (caserío) de su familia que todavía existe. Fue sacerdote y se le adjudicó el curato de Sara (sára, Lapurdi). Su obra más notable es Gero (futuro). Axular se nos muestra como un magnífico escritor ascético, influido sin duda por ascetas españoles como Fray Luis de Granada pero con personalidad propia. Posee un lenguaje menos culto que Leizarraga siendo su euskara más popular. La obra de Axular no es de teoría ascética sino de práctica, es decir, de reforma de costumbres. Para ello echa mano de un lenguaje espontáneo, si se quiere poco literario, pero que ya en el siglo XVIII mereció la estima de Joannes Etxeberri quien proponía se declarase a Axular como norma del euskara escrito.

Silvain Pouvreau
nació en Bourges. Sin ser vasco aprendió euskara siendo secretario del jansenista abad de Saint-Cyran. Ordenado sacerdote, fue párroco de Bidarte (Bidart; 1640-44) y más tarde en París. Tradujo la Instrucción del Cristianismo (Guiristinoen Dotrina) de Richelieu, la Introducción a la vida devota (Philotea) de San Francisco de Sales y el Combate espiritual (Gudu espirituala) de Lorenzo Scupoli.

Arnaud Oihenart u Oihenart (1592-1667)
nació en la capital de Zuberoa, Maule (Mauleón), fue abogado. Es, pues, uno de los pocos no eclesiásticos que escriben en euskara en estos primeros tiempos. En latín escribió Notitia utriusque Vasconiæ, tum ibericæ tum aquitanicæ, en la que narra la historia de los vascos hasta la Edad Media desde una perspectiva vasca. Es más conocido por su colección de 706 refranes vascos con traducción francesa y sus poesías en euskara. Oihenart es un hombre que ama el euskara, lo trabaja incluso inventando neologismos pero al mismo tiempo, se mantiene alejado de los ditirambos y de las confusiones históricas de algunos contemporáneos, por lo que ha sido a veces mal interpretado como poco vascófilo.

El jesuita Bernard Gazteluzar, de Ziburu (Ciboure, Lapurdi)
escribió poesía didáctica en su Eguia catholicac (Verdades católicas), Salvamendu eternalaren eguiteco necessario direnac (Cosas necesarias para conseguir la salvación eterna).

Otros sacerdotes que publicaron en euskara en el siglo XVII son:
Cristóbal de Harizmendi
con Ama Birginaren hirur Offizioac (Los tres oficios de la Virgen María; 1660) en verso y dialecto cercano al guipuzcoano.
Juan de Tartas, párroco de Aroa (Arone, Baja Zuberoa):
Onsa hilceco bidia (Camino para matar al bien, 1666) y Arima Penitentaren occupatione debotaq (Ocupaciones debotas del Alma Penitente). Aranbillaga, adscrito a la parroquia de Ziburu (Ciboure, Lapurdi), publicó en 1684 (Baiona) la primera traducción de la Imitación de Cristo, Jesu Christoren Imitationea.

La primera gramática se debe al Jesuita Manuel de Larramendi, nació en Andoain (Gipuzkoa) en 1690 y murió en Loiola en 1766. Profesor en Salamanca. Sus obras son la primera gramática vasca, El imposible vencido: arte de la lengua vascongada (Salamanca, 1729) y en 1745, el Diccionario trilingüe (Castellano-Bascuence-Latín) entre otras. Emprendió una obra gigantesca en aras a luchar en contra de la imagen que se tenía del euskara en aquella época, "rudem et barbaram linguam, cultum abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de cultivo). Con la primera quería demostrar que el euskara no era una lengua bárbara y ruda imposible de cultivar, sino una lengua sujeta a reglas como las demás y mejor que muchas otras, según él. Con su diccionario Larramendi intenta demostrar que el euskara posee un vocabulario desarrollado capaz de expresarlo todo. Para ello no duda en inventar neologismos de una forma correcta, utilizando la derivación a través de los múltiples sufijos vascos o la composición, por no utilizar palabras latinas que en todas las lenguas, incluidas las no latinas, se encuentran. Unos neologismos que luego él mismo no utilizaría, dado que creaba estos neologismos sólo para acallar a los anti-euskara.

Entre los primeros frutos del árbol larramendiano hay que citar a los padres Agustín de Kardaberaz y Sebastián de Mendiburu.

Agustín de Kardaberaz (1703-1770)
nació en Hernani (Gipuzkoa) y murió en Bolonia en el destierro. La fama del padre Kardaberaz en el País Vasco se debió ante todo a sus cualidades de predicador pero Kardaberaz es además un buen escritor de su idioma: Aita San Ignacioren Ejercicioen gañean Afectoak (Afectos sobre los Ejercicios del padre San Ignacio), que en su conjunto comprenden tres obras. Kardaberaz trata sobre todo el bien espiritual de las almas, pero del empeño con que trabajaba el euskara nos habla bien alto su obra: Euskeraren Berri Onac (Las Buenas Nuevas del Euskara), con reglas para leer, hablar y escribir correctamente el euskara.

Sebastián de Mendiburu (1708-1782)
nació en Oiartzun (Gipuzkoa) y murió en Bolonia, desterrado con los de su orden por Carlos III. Según Carmelo Etxegarai, "ni el mismo Larramendi logró rivalizar con Mendiburu en este manejo del idioma éuscaro". Para Koldo Mitxelena, "Mendiburu es sin disputa uno de los escritores que con más desembarazo y elegancia ha manejado el idioma. Sólo le fue negado un don: la fuerza". Mendiburu emplea un lenguaje mucho más puro que Kardaberaz pero se mantiene siempre a un nivel popular fácil de entender. Su obra más representativa es: Jesusen Amore-Nequeei dagozten cembait otoitc-gai (temas de rezo con respecto al calvario de Jesús).

Juan Antonio Moguel (1745-1788).
Nació en Eibar de padre médico. Ordenado sacerdote, fue destinado a Xemein (Markina, Bizkaia) donde residió hasta su muerte. Moguel muestra, como otros contemporáneos suyos, vivo interés por el idioma. Para demostrar las posibilidades del euskara tradujo arengas y oraciones selectas de los mejores autores latinos. Pero su obra principal es, sin duda, Peru Abarca, concebido como un diálogo entre un aldeano, Peru Abarca, lleno de sabiduría popular y con dominio del euskara y el barbero Maisu Juan más pícaro pero menos puesto en su lengua materna. Moguel emplea el dialecto vizcaíno sin ninguna preocupación purista. Peru Abarca, en efecto, abomina de los erdarismos (castellanismos) no asimilados pero emplea sin rubor los que asimiló en la "universidad de Basarte".

Joannes Etxeberri de Sara (Lapurdi)
médico en Bera de Bidasoa (Navarra) y en Hondarribia (Gipuzkoa) y residente luego hasta su muerte en Azpeitia (Gipuzkoa). Además de Escuararen hatsapenac (Principios del Euskara) y el Diccionario cuatrilingüe escribió Escual Herri eta Escualdun guztiei escuarazco hatsapenac latin icasteco (Principios para aprender latín para el País Vasco y para todos los vascos)

José María Iparragirre Balerdi
nació en Urretxu (Gipuzkoa) un día de verano de 1820. Sus 61 años de vida se inscriben en un período trascendental en la conformación política y social de nuestro país, que va desde la crisis del Antiguo Régimen que desembocará en la guerra carlista, hasta la primera industrialización de Vasconia que arranca al final del tercer y último conflicto dinástico cuyo corolario fue la abolición foral de 1876. En el terreno de las artes, la vida de Iparragirre coincide con los años de apogeo del Romanticismo, un movimiento tan influyente y fértil como escurridizo a toda definición. "Una manera de sentir", lo llamó su coetáneo Charles Baudelaire, manera de sentir que se manifiesta en un decidido afán de Libertad como medio para la realización personal pero también la colectiva, puesto que el individuo se identifica con su pueblo al que considera dotado de un espíritu propio. El ansia de Libertad, como sentimiento más que como pensamiento, como desvelo vital, motor existencial y hálito creativo antes que como ambición de concretos perfiles, recorre toda la trayectoria de José María Iparragirre y explica sus grandezas y también sus miserias. Y es que en el viejo bardo tenemos a una de las más acabadas figuras del Romanticismo artístico en Vasconia, y en su himno Guernicaco Arbola (Arbol de Gernika) al exponente máximo de la afirmación identitaria de los vascos alrededor de los Fueros y de su símbolo secular. Con todos los matices, de Iparragirre podemos decir que jugó entre nosotros papel idéntico al de Adam Mickiewicz en Polonia o Alessandro Manzoni en Italia. Pero a diferencia de estos poetas nacionales, el de Urretxu cultivó no sólo la rima (que también) sino sobre todo la música, disciplina que durante el Romanticismo cobró renovada importancia como vehículo idóneo para la nueva estética expresivista.

Jean Martin Hiribarren (1810-1866)
nació en Askaine (Lapurdi) fue el autor del poema Euscaldunac (vascos). Hiribarren no es amigo de ditirambos, reconoce la pobreza del esfuerzo espiritual de los euskaldunes y la necesidad de emprender algo. Todo pueblo debe hallar guías entre los suyos. Por eso él llama a todos:
Euscaldun gucia da egun gombidatcen
has dadin içpirituç cerbeiten moldatcen
Iaquin deçaten arren gure ondocoec
nolaco gaiac çuçten hequin arbasoec

(Hoy invitamos a todos los vascos a que emprendan un quehacer espiritual para que nuestros descendientes sepan qué hazañas acometieron sus antepasados)
Vicenta Moguel (1782-1854),
es la primera mujer escritora vasca. Pertenece a una familia de escritores (Juan Antonio y Juan José) pero su estancia en Azpeitia (Gipuzkoa) ha guipuzcoanizado su euskara. Sus Ipui onak (Cuentos buenos) están escritos en forma sencilla pero en un lenguaje depurado. La entrada de la mujer en la Literatura vasca se hace por la puerta grande.

Txomin Agirre (1864-1920)
sacerdote de Ondarroa (Bizkaia) autor de dos novelas Kresala (Salitre) y Garoa (Helecho) en que se describen las costumbres de los marineros (Kresala) y de los labriegos (Garoa).

Resurrección María de Azkue (1864-1951)
dio cima a una obra ingente casi increíble si no la tuviéramos delante. Sacerdote, hijo de Lekeitio (Bizkaia), dedicó su vida entera al euskara ya que no ejerció cargo sacerdotal alguno y la música, a la que sentía una gran inclinación, le sirvió para comprender mejor la cultura popular. La obra de Azkue sigue teniendo validez hoy. Su gran Diccionario trilingüe (Euskera-Castellano-Francés) nos sirve de libro de consulta. Euskalerriaren Jakintza (La sabiduría del País Vasco) es una colección de poesías, leyendas, canciones, etc., del pueblo vasco y constituye hoy un tesoro valiosísimo. Además publicó Morfología Vasca donde estudia el sufijo vasco y las partes de la oración.

En la literatura vasca del siglo XX hallamos dos tendencias divergentes:

la popular y la culta. Magnífico representante de la primera es un vizcaíno de Mañaria, Evaristo Bustintza, más conocido por Kirikiño. En sus obras Abarrak (Restantes) deja correr sin artificio alguno el euskara de su pueblo dejando a un lado "el de los vascos del siglo futuro" como llamaba él a los puristas de su tiempo. Kirikiño describe la vida de los vascos de un modo ameno y el pueblo se lo agradeció leyendo sus libros.

Vizcaíno es también el poeta Esteban de Urkiaga, Lauaxeta (1905-1937) nacido en Laukiniz (Bizkaia) pero afincado en Mungia (Bizkaia) y que fue fusilado en Vitoria durante la guerra civil. Lauaxeta no posee el dominio del euskara de su contemporáneo guipuzcoano Lizardi, ni tal vez su mirada distendida a la naturaleza que le rodea. Lauaxeta mira hacia su interior. La influencia de Lorca es clara en ocasiones:
Zidarrezko bost sastakai nork jasan daikez aldian? (¿Quién puede soportar en sus carnes cinco puñales de plata?)
La cima de la poesía vasca la representa
Jose Mari Agirre Egaña (Xabier Lizardi).
Nació en Zarautz (Gipuzkoa) en 1896. Aunque pasó su infancia allí, casi toda su vida transcurrió en Tolosa (Gipuzkoa). Debido a un traslado laboral de su padre, toda la familia tuvo que trasladarse a dicha localidad, cuando él tenía alrededor de diez años. Finalizó los estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios de esa localidad. En 1913, cuando tenía diecisiete años, falleció su padre, y por ello debió empezar a trabajar, al ser el mayor de seis hermanos. Sin embargo, no por ello abandonó su deseo, manifestado desde la infancia, de estudiar abogacía, y cursó estudios de Derecho, como alumno libre, en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el título en 1917. Su primer trabajo lo consiguió en el Banco de Tolosa, como auxiliar, pero en 1923 le propusieron el cargo de gerente en Perot, una empresa de Tolosa, y hasta su muerte desempeñó esas labores en esa empresa de redes metálicas. En 1923, gracias a la seguridad proporcionada por el nuevo puesto de trabajo, se casó con Pakita Izagirre, a la que había conocido en sus visitas a Zarautz, y tuvieron cuatro hijos. Falleció joven, en 1933, cuando tenía 36 años, víctima de una enfermedad incurable en aquel entonces.

En 1923 la dictadura de Primo de Rivera hizo callar al movimiento abertzale (nacionalista vasco) que comenzaba a surgir en Euskal Herria, pero en 1927, en la época que se denominó la dictablanda, se reanimó el proyecto abertzale, prueba de lo cual surgió la asociación Euskaltzaleak (vascófilos) en Mondragón (Gipuzkoa) ese mismo año. En aquella época dio a conocer José María Agirre su pluma con el alias de Xabier Lizardi, y tuvo gran importancia su liderazgo en el proceso de constitución de la sociedad Euskaltzaleak. Entre los años 1928-1930 fue su presidente y marcó las líneas maestras de la actividad de la sociedad en esa época: Euskal Egunkaria (el Periódico Vasco), Kirikiño Saria (Premio Kirikiño), Aur Egunak (Días infantiles), Ikastolak (Escuelas), Errenteriako Olerti Eguna (Día Lírico de Renteria),...

Junto con sus actividades culturales, también se comprometió en la arena política, siendo secretario del Gipuzko Buru Batzar del PNV, en la época del primer Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) de 1932 y del Estatuto de Estella. Xabier Lizardi trabajó diferentes campos de la literatura: poesía, teatro y periodismo. Pero de entre ellos el que mayor fama le proporcionó fue, sin duda, la poesía, pues todos los críticos manifiestan unánimemente que su obra poética es la cumbre de la lírica vasca moderna.

Lo mejor de esa obra poética está recogido en Biotz-begietan (Con corazón en los ojos; 1932) y, tras su muerte, la sociedad Euskaltzaleak publicó Umezurtz Olerkiak (Poemas de Orfandad), en el que se recogían los poemas escritos tras la publicación del libro anterior.

La temática de los poemas de Lizardi gira en torno al ser, la vida y la muerte, la patria, el euskara y la tradición vasca. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban claramente entre sus coetáneos. Entre su producción teatral, se conocen tres obras publicadas: Laño ta izar (Nubes y Estrellas), escenificación poética de un cuento infantil. Segundo, Bi aizpak (Las dos hermanas), la adaptación al euskara de una comedia francesa. La tercera, Ezkondu ezin zitekeen mutilla (El chico que no podía casarse), es una comedia costumbrista, en la que critica tradiciones sociales, basándose en anécdotas de su propia vida. Fue periodista, de hecho, fue el género que hizo famoso su nombre literario; sus numerosos artículos periodísticos fueron la expresión más directa de su incansable actividad en temas culturales, literarios o políticos. De entre sus más de cien artículos de los años 1927 al 1933 se hizo una selección que la sociedad Euskaltzaleak publicó en 1934 bajo el título de Itz-Lauz (Con palabras llanas). Gracias a este libro, y a la recopilación completa más recientemente editada, se puede conocer la amplia temática de sus artículos en euskara y castellano: euskal egunkaria, ikastolak, cultura y literatura vascas, polémicas y críticas literarias. Son destacables la elegancia, corrección e ironía del estílo de sus obras periodísticas. Se pueden apreciar los registros bien perfilados de la prosa de Lizardi. Sabía ajustarlos a sus deseos, a veces con una prosa culta, elegante, elaborada, otras veces, en cambio, con el lenguaje sencillo, directo y vigoroso del lenguaje hablado de todos los días.

Bernardo Atxaga,
cuyo verdadero nombre es José Irazu Garmendia, nace en Asteasu, provincia de Gipuzkoa, el 27 de Julio de 1951. Es licenciado en Ciencias Económicas y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Escribe sus primeras obras en vasco bajo el pseudónimo de Bernado Atxaga. Es autor de poemas, cuentos y novelas, así como de una veintena de libros para niños. En 1983 recibe el premio "Xavier Lizardi" por su libro Sugeak begiratzen dionean (Cuando la culebra le mira). En 1989, Bernardo Atxaga es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su obra Obabakoak traducida a más de diez lenguas.


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(Se irá completando y ordenando)

A continuación se da información detallada de cada una de las tribus vascas, así como su desarrollo histórico:

Aquitanos:
en lengua aquitana se habló en el sudoeste de Francia, al norte hasta el río Garona (Burdeos) y al sudeste hasta los Pirineos en el Valle de Arán, en Lleida. El geógrafo griego Estrabón diferenciaba netamente a los aquitanos de los galos del norte, mencionando precisamente sus lenguas como signo distintivo, al tiempo que apuntaba las similitudes aquitanas con los habitantes surpirenaicos.

Estrabón († año 25 d.C.) en su Geografía: "Los aquitanos son completamente diferentes (de los demás galos) no sólo lingüística sino corporalmente, y más parecidos a los íberos que a los galos". Y un poco más adelante: "Para decirlo claramente: los aquitanos se diferencian de la tribu de los galos en la constitución corporal y en la lengua, y se parecen más a los íberos". En estas frases se suele interpretar que más que referirse a los iberos propiamente dichos, Estrabón se está refiriendo en su comparación indistintamente a todos los habitantes del sur pirenaico, sobre todo a íberos y vascos.

Hasta el siglo VII d.C. no fueron asimilados por los vascones. Del mestizaje de aquitanos, latinos y vascones surgiría el actual pueblo gascón y su lengua latina.
AquitanoEuskaraEspañol
IluniIlunOscuro
NescatoNeskatoMuchacha
BihoxBihotzCorazón
BaigorrixoIbai gorriRío Rojo
AnderexoAndereSeñora
UmmeUmeNiño
Har-belexHarri beltzPiedra Negra
SaharZaharViejo
SesenZezenToro
SembeSemeHijo

Autrigones:
por la toponimia es muy posible que el idioma autrigón fuera similar al caristio (lengua sustrato del actual dialecto vizcaíno) se habló desde el río Asón de Cantabria hasta el río Nervión en Bilbao y al sur hasta parte de Alava, La Rioja y Burgos.

Caristios:
del río Nervión al oeste, hasta el río Deba en Gipuzkoa y al sur hasta parte de Alava. La lengua caristia fue medianamente romanizada por lo que poseía mucho vocabulario de origen latino. Del mestizaje del caristio medianamente romanizado y el euskara de los vascones de Navarra surgiría el actual dialecto vizcaíno (también llamado occidental) del euskara.

Várdulos:
al oeste desde el río Deba en Gipuzkoa, hasta parte de Navarra y al sur hasta parte de Alava. Del mestizaje de várdulos y vascones surgiría el dialecto guipuzcoano (o central) del euskara.

Vascones:
Fue la tribu en la que surgió el euskara. Los vascones ocupaban toda Navarra, Iparralde y parte de Alava, Gipuzkoa y la Rioja. Las ciudades de Kalagorri (latín > Calagurris; castellano > Calahorra; localidad riojana), Tutera (latín > tutela; castellano > Tudela; localidad de la ribera navarra) e Hiriona (latín > Pompaelo; euskara moderno > Iruñea; castellano > Pamplona; capital de Nava-rra) eran vasconas.

Unas lenguas de tronco éuscaro habladas por estas tribus que se convirtieron en una única lengua fruto de la asimilación vascona de estas tribus:
Várdulos, Caristios y Autrigones: del siglo V d.C al VI d.C.
Aquitanos: del siglo VI d.C. al VII d.C.

Si bien el núcleo original del euskara se encuentra en lo que fue denominado por los romanos, Saltus Vasconum (la zona pirenaica de Navarra). A partir del siglo III a.C. fruto de las expansiones vasconas a lo largo de diferentes siglos, nos en-contramos con la situación lingüística del siglo XI d.C., en la cual el euskara es hablado desde parte de Cantabria al oeste, hasta parte de la provincia catalana de Lleida al este, mientras que al norte es hablado en parte de Aquitania y al sur, hasta gran parte de la Rioja, Burgos y Soria. Siendo el actual dialecto navarro y el euskara estándar o batua (unificado, basado en los dialectos labortano y guipuz-coano del euskara), dado que este último es muy similar al dialecto navarro, los que mayor afinidad poseen con el euskara original de los vascones.

Son dialectos vascos,

el Bizkaiera (biskáy-erá;Vizcaíno),
o también llamado Mendebaldekoa (mendébal-deko-á; occidental),
dialecto que más hablantes posee y que es hablado en Biz-kaia, desde el río Nervión al oeste, y al este, hasta una parte del oeste guipuz-coano fronterizo con Bizkaia, desde la costa cantábrica hasta Alava y al sur, en el norte de Alava.

El Gipuzkera (guipúskerá; Guipuzcoano), también llamado
Ertaldekoa (ertáldeko-á; Central) o
Erdialdekoa (erdí-áldeko-á; Central),
hablado en Gipuzkoa y extremo noroeste de Navarra.

El Nafarrera (nafárrerá; Navarro)
hablado en el norte de Navarra y parte nororiental de Gipuzkoa.

El Ekialdeko Nafarrera (ekí-áldekó nafárrerá; Navarro Oriental)
hablado en el noreste de Navarra.

Nafar-Lapurtera (nafár lapúrterá; Navarro-Labortano),
hablado en Lapurdi, en la Baja Navarra y en zonas fronterizas de Gascuña.

Y finalmente, el Zuberera (subérerá) o Suletino
hablado en Zuberoa y en el can-tón bearnés (Gascuña) de Olorón. Estos dos últimos dialectos, son evoluciones medievales del navarro por influencia del gascón y en el caso del suletino, por in-fluencia también de la lengua navarro-aragonesa románica.


Zonas en las que se ha conservado el euskara coloquial.
División en dialectos del euskara.
Las zonas en gris,
son las zonas en las que se ha perdido el vascuence y se habla español (al sur), y el gascón o el francés (al norte).

VI - PRÉSTAMOS

El euskara posee préstamos poco numerosos de otros idiomas como el árabe, germano o celta. Estuvo en contacto con el celta desde el siglo VIII a.C. hasta los siglos II - V d.C. Son topónimos celtas las localidades de Lezama, Ultzama, Deba,... Estos son unos ejemplos de términos en lengua celta, germana y árabe que se han conservado hasta nuestros días en el euskara:




La lengua que sin duda influenció más al euskara fue la que llegó hace dos mil años a tierras del País Vasco, concretamente en el año 196 a.C., el latín. Influenció no sólo léxicamente, sino también gramatical y morfologicamente, muchas declinaciones y sufijos vascos tienen origen latino y proceden de declinaciones, sufijos o preposiciones latinas:

La preposición latina A da lugar a la declinación vasca -(r)A; etxera (a la casa), hirira (a la ciudad).

El sufijo -cus latino (tecnicus, logicus), da lugar a la declinación -ko vasca; etxeko (de la casa), haraneko (del valle).

El sufijo -dus (calidus, frigidus) da lugar al sufijo vasco -dun, que da lugar a palabras como euskaldun (persona poseedora de la capacidad de hablar euskara) o bizardun (persona poseedora de barba).

Influenció también de una forma considerable en el aspecto verbal,
de hecho todavía no se sabe a ciencia cierta como se conjugaban todos los tiempos de los verbos en euskara antes de la llegada del latín. Se cree que el latín influenció al euskara desarrollando una nueva forma de conjugar los verbos, la perífrasis verbal (raíz del verbo + morfema temporal + verbo auxiliar), que poco a poco fue sustituyendo la costumbre de construir los verbos sinteticamente (introducir todos los componentes que forman parte de la acción en un único verbo). Actualmente, pocos son los verbos que se conjugan sinteticamente (sólo se conservan las formas para conjugar los verbos en presente y en pasado), la mayoría se conjugan perifrasticamente. Algunos investigadores del protoeuskara indican que ya se construían los verbos perifrasticamente antes de que llegaran los romanos, pero a medida que fue evolucionando el euskara, esta costumbre se fue generalizando. Una de las investigaciones llevadas a cabo por los estudiosos en filología histórica que están desarrollando el protoeuskara (4), es saber cómo se conjugaban los verbos antes de la llegada de los romanos, dado que por ejemplo, algo tan básico para la conjugación verbal vasca como el morfema perfectivo -tu, proviene del participio latino -tum: en vasco (lo) he cogido se dice hartu dut [ har (raíz del verbo coger) + tu (morfema temporal de acción acabada) + dut (verbo auxiliar). A continuación se indica el ejemplo de la conjugación de un mismo verbo (yo llevo) sinteticamente (daramat, forma prerromana) y perifrasticamente (eramaten dut, forma posterior al comienzo de la romanización). Los dos verbos conviven en el euskara actual y significan lo mismo.


(4) El protoeuskara: el eminente investigador de la lengua vasca, Mitxelena, fue el gran precursor del desarrollo del protoeuskara, a él debemos el conocimiento de gran parte de él. Situa su reconstrucción del protoeuskara en el año cero o, como mucho, en el año quinientos a.C., es decir, pocos siglos antes del euskera arcaico testificado sobre piedra.


Las vocales del protoeuskara eran las cinco estándar, a e i o u (las mis-mas que en el actual). Los diptongos eran ai, ei, oi, ui, au, eu (los mismos que en el euskara actual). Las semivocales, que foneticamente suelen re-presentarse con j y w, no existirían. Las consonantes que formaban un cuerpo sistemático eran las siguientes:

Fuertes
(p) t k tz ts N L R

Débiles
b d g z s n l r

Además estaría la h, muy frecuente, aunque ha ido desapareciendo en los dialectos modernos. La p la ponemos entre paréntesis porque apenas existía. Como se ve, no hay m (salvo alguna derivada de una anterior b), ni f. Las consonantes que se pronuncian en lo alto del paladar -las que suelen escribirse tt, dd, tx, x, ñ, ll- y que en euskara actual se utilizan en las palabras expresivas (diminutivas o cariñosas), tal vez existieron tam-bién en protoeuskara.

Las dos filas de consonantes fuertes y débiles del cuadrito se diferencian en que las de arriba se decían con más fuerza que las de abajo y duraban algo más. En cuanto a las tres columnas de la izquierda, las tres conso-nantes de abajo, bdg, se pronunciaban generalmente sin cerrar del todo los labios y haciendo vibrar las cuerdas vocales, a diferencia de las de arriba, ptk. En los siglos primeros de nuestra era, con el cambio del pro-toeuskara al euskara, las consonantes fuertes N y L pasaron a confundir-se con las débiles n y l; por otro lado, las consonantes ptk dejaron de di-ferenciarse de bdg en su mayor fuerza para hacerlo sólo en los otros fac-tores apuntados. En protovasco sólo las consonantes débiles podían ir al inicio de la palabra y sólo las consonantes fuertes podían finalizarla. Así, la alternancia entre fuertes y débiles únicamente era posible en medio de la palabra.

Tampoco puede una palabra vasca arcaica empezar por d- (lo hacen sólo algunas formas verbales en presente, por influencia de un viejo adver-bio) o por r-. Y, si difícilmente encontraremos la m, sería imposible que estuviese en inicio de palabra, salvo en algún préstamo celta aislado. Ni tampoco hay palabras que empiecen por dos consonantes seguidas. Los inicios de palabra eran, o bien una vocal o bien, como vemos en el cua-dro, las consonantes b, g, z, s, n y l, además de la h.

Los nombres y adjetivos eran sobre todo bisilábicos y los verbos eran monosilábicos. No existía el artículo.

Joseba A. Lakarra, desarrollador del euskara anterior al protoeuskara, lo que se suele denominar en filología vasca como preprotoeuskara, indica que en una época anterior al protoeuskara, el euskara da signos de haber sido una lengua sin o con pocas declinaciones y aislante (5), así como de que el verbo que actualmente va en la parte posterior de la frase, en este preprotoeuskara, fuese delante de la misma.

(5) Lengua aislante: cada palabra tiene un único significado. Por ejem-plo, el castellano no es una lengua aislante porque la palabra "vinieron" incluye tres significados: venir, pasado y ellos. En cambio en lengua viet-namita, que es aislante, cada uno de esos tres significados se expresa con una palabra distinta. El castellano es una lengua fusionante o flexiba porque los tres significados de "vinieron" están fusionados en una sola palabra difícil de segmentar. Estas lenguas pueden ser más sintéticas como el latín, en que domina la declinación, o más analíticas como las lenguas románicas, en que dominan las preposiciones.

El dialecto vasco que posee más influencia latina es el vizcaíno, debido a que la tribu caristia que habitaba la zona en la que actualmente se habla este dialecto, fue medianamente romanizada. Esta romanización fue atenuada posteriormente a través de la asimilación de esta tribu por parte de los vascones de Navarra (a partir del siglo V d.C.) que poseían una romanización menor.


En el siglo XI en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla (en vasco Done Miliaga Kukula) en La Rioja, encontramos los primeros textos tanto en euskara como en lengua navarro-aragonesa, las Glosas Emilianenses. Unas glosas que servían para la comprensión de textos en latín y quizá para acercarlos al pueblo que desconocía el latín usado todavía por los clérigos. Uno o varios copistas anónimos escriben una serie de anotaciones en latín, romance navarro-aragonés y euskara que comentan o glosan las partes más difíciles de entender.

"(...) Si uero, quod Deus non patiatur [non quieti] et mala opera exercimus [nos sificieremus] et plus pro carnis luxuria quam pro salute anime laboramus, timeo ne quando boni christiani cum angelis acceperint uitam eternam nos, quod absit, precipitemur [guec ajutuezdugu]* [nos non kaigamus] jngeenna (...)"
(*) guec ajutuezdugu: nosotros no tenemos ayuda.

DECADENCIA LENGUA VASCA

Primeramente, lo que más dañó al euskara, fue que la población euskaldun (vascoparlante) a lo largo de la historia no ha tenido una entidad política duradera que la uniera y que tuviera como lengua oficial el euskara. Las dos unidades políticas que han existido a lo largo de la historia fueron efímeras. La primera de ellas se dio entre los siglos VII d.C. al X d.C. (con etapas de independencia o sumisión a los francos), el Ducado de Vasconia (actual Gascuña), que abarcó gran parte del suroeste francés, Vascongadas, norte y centro de Navarra, norte de Aragón y noroeste de Catalunya; si bien las lenguas que se utilizaron para redactar los documentos oficiales fueron el latín o la lengua latina autóctona, el gascón, y nunca el euskara, siguiendo los usos de la época de utilizar lenguas latinas para redactar los textos oficiales. La segunda unidad política fue todavía más breve, se dio en el siglo XI, bajo el reinado del rey de Pamplona Antso Gartzez III. Haundia (Sancho Garcés III el Mayor), abarcó a la población vascoparlante extendida desde parte de Cantabria hasta Catalunya, teniendo a Gascuña y los condados catalanes dentro de su zona de influencia. Aunque el euskara era la lengua hablada por la mayoría (la población de habla latina en la zona pirenaica era muy minoritaria), la lengua oficial no fue el euskara, sino el latín y la lengua navarro-aragonesa.

El segundo factor que debilitó al euskara, fue el desmembramiento del Ducado de Vasconia a finales del siglo X y por otro lado, la división del Reino de Pamplona después de la muerte del rey Sancho Garcés III el Mayor, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, surgiendo de esta manera los reinos de Castilla y Aragón, que anteriormente habían sido condados. Si bien en sus orígenes, en el siglo XI, la mayor parte de la población castellana y aragonesa, así como sus primeros reyes fueron vascoparlantes. Al avanzar hacia el sur la reconquista, más y más población mozárabe y por lo tanto latina, fue añadiéndose. Quedando el euskara desplazado gradualmente como vehículo de comunicación cotidiano en esos reinos.

Considerándose a partir de los siglos XIV y XV, tanto en Castilla, como en Aragón, como una lengua propia del Reino de Navarra, como algo que había quedado de la dominación navarra de esas tierras. A parte que en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por el cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran sinónimos de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana. A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Todo estaba en contra del euskara. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del siglo XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro, ya que representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari (1), que era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información sobre los decretos de prohibición del euskara a partir del siglo XIV visitar la página Historia del País Vasco
(1)La antigua religión de los vascos: Mari (mári), Maia (mái-a) o Ama-Lur (áma lur; madre tierra) era la diosa suprema de la antigua religión vasca, su símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar en la parte superior del texto). El lauburu puede variar de número de brazos, pero el más extendido y conocido por todos los vascos es el de cuatro. Los discos solares con alguna que otra modificación, pueden encontrarse en todas las culturas euroasiáticas antiguas, desde la península ibérica hasta Alaska. Es común ver en las lápidas de los cementerios del País Vasco, que en lugar de utilizarse cruces cristianas, se siga con la costumbre de esculpir en las lápidas la cruz vasca, el lauburu, siguiendo de esta forma el rito antiguo de la religión de Mari.

Mari toma, generalmente, formas zoomórficas en sus moradas subterráneas (toro, carnero, macho-cabrío, caballo, serpiente, buitre, etc) y forma humana fuera de ellas, una de estas es la de una mujer esbelta y bella, de largos cabellos, atabiada con una túnica que le llega a los pies, con una cinta de oro en la frente, sosteniendo un castillo de oro en su mano derecha y enroscado al rededor de sus piernas, un herensuge (erénsugué; dragón), sobre el que se alza la figura de Mari.

Sus moradas subterráneas se encuentran en los montes más altos de Vasconia [ Anboto (ambóto), Oitz (óits), Txindoki (chindóki), ...). Cambia de morada cada siete años. Cuando cambia de morada, Mari, se convierte en una hoz de fuego que surca el firmamento, generando un gran estruendo a su paso.

Esta religión, contaba con una trinidad integrada por Mari y sus dos hijos Atarrabi (la representación del bien) y Mikelats (la representación del mal), de los que surgían el resto de númenes y espíritus tanto benébolos como malébolos.

Según la antigua religión vasca, cuando las tinieblas reinaban en la Tierra, los humanos suplicaron a Mari que les ayudara en la lucha contra los espíritus y númenes malébolos que les acechaban. Mari escuchando sus súplicas, dio vida a su hija, la Luna. Los humanos agradecieron su luz, pero su luz no era suficiente para poder luchar contra el mal, entonces los humanos pidieron otra vez a Mari que les otorgara algo que tuviera más luz y que pudiera vencer a las tinieblas. Mari creó entonces a su otra hija, el Sol (en la cultura vasca el sol es femenino), y de esta forma nació el día. Ningún espíritu maligno desde entonces acechó a los humanos durante el día. Pero cuando el Sol se sumergía en los confines de la Tierra, en Itsasgorrieta (ichásgorrí-etá; en los Mares Bermejos), surgía la noche. El mal al llegar la noche, salía de su guarida y seguía acechando a los humanos. Entonces los humanos pidieron a Mari que les diera algo para luchar contra el mal durante la noche y Mari les dio el Eguzki Lore [ egúski lóre; flor del sol, es la flor del cardo silvestre (Carlina Acaulis) ]. Les indicó que nunca salieran de sus moradas durante la noche y que pusieran el Eguzki Lore encima de la puerta de sus casas para protegerles del mal. Desde entonces los humanos que siguieron lo indicado por Mari, nunca más sufrieron el acecho del mal.

Mari, de esta forma, dividió la cosmogonía vasca en dos mundos, el mundo de los del día (egunekoak; egúneko-ák) o el de los vivos, el cual era iluminado por el Sol y el mundo de los de la noche (gauekoak; gau-éko-ák) o el de los espíritus y almas de los muertos, iluminado por la Luna. Según la antiguas creencias, en el Cielo se mueven los astros, los cuales, al ponerse en el occidente, se introducen en los "mares bermejos" (Itsasgorrieta), para seguir su curso a través del mundo subterráneo. Así, el Sol, que durante una parte de su curso alumbra al mundo de la superficie, luce durante la otra debajo de la Tierra. El Sol y la Luna son divinidades femeninas, hijas de la Tierra (Mari), a cuyo seno van todos los días después de su recorrido por el Cielo.

Para los antiguos vascos el significado de la muerte no era tan lúgubre como puede resultar viéndolo desde la perspectiva occidental actual. Al morirse una persona, simplemente, pasaba a formar parte de un estado existencial diferente. Se decía en aquellos tiempos que, "Eguna egunekoentzat [ egúna egúnekoentsát; el día para los del día (los vivos) ] eta gaua gauekoentzat [ éta gáu-a gau-ékoentsát; y la noche para los de la noche (los espíritus) ] ". El espíritu Gaueko [ gáu-ekó; (espíritu guardián) de la noche] era el encargado de velar por esta norma aceptada por los antiguos vascos, ya que si algún vasco merodeaba por la noche, era arrebatado de los vivos por este espíritu y pasaba a formar parte del mundo de los de la noche (los espíritus).

La religión vasca poseía unas normas de conducta sobre lo que es el bien y el mal, que debían ser cumplidas estrictamente por los vascos. Mari condena la mentira, el robo, el orgullo y la jactancia, el incumplimiento de la palabra dada y el faltar al respeto debido a las personas y a la ayuda mutua, así como acceder a las moradas de Mari sin permiso de ella. Los delincuentes son castigados por Mari con la privación o pérdida de lo que ha sido objeto de la mentira, del robo, del orgullo, etc.

También existía en esta religión un cielo y un infierno, aunque era diferente a la concepción del cielo y del infierno de las religiones judeo-cristianas. Cuando una persona fallecía, pasaba a formar parte de los de la noche. En la oscuridad, era guiado por la Luna, que en euskara se dice Ilargi (illárgui, significa luz de los muertos), por un sendero que le llevaría hasta la gruta o cueva de Mari. El fallecido, en su camino, era protegido de los malos espíritus por el símbolo de Mari, el lauburu, esculpido en su lápida. Al llegar a la gruta de Mari, viviría con ella y con todos sus antepasados eternamente, en paz, felicidad y abundancia. Este era el concepto del cielo para los antiguos vascos. Pero aquella persona que no hubiese obrado en el mundo de los vivos, según las enseñanzas de Mari y hubiese hecho el mal al prójimo. Aunque la Luna le iluminase en su camino, estaría vagando y vagando eternamente, en la oscuridad, acechado por los malos espíritus (ya que el lauburu sólo protege a los que han obrado bien), hasta poder encontrar el sendero que le llevase hasta la cueva de Mari. Este era el concepto de purgatorio (estar vagando durante un tiempo buscando el sendero correcto) y el infierno (vagar eternamente en la noche sin encontrar el camino). Como se puede observar, es una religión de claro origen prehistórico, dado que considera a la cueva como zona de paz, acogedora y protectora, el mejor sitio en donde vivir eternamente. Una creencia que proviene de un pasado remoto, en el que los protovascos en las glaciaciones, tuvieron que guarecerse en las cuevas para evitar las frías temperaturas y de esta forma poder sobrevivir. Un miedo a vagar en la oscuridad (el infierno y el purgatorio) que tiene su origen en las frías noches glaciales, ya que todo aquel que no encontrase en el anochecer el sendero hacia la cueva en donde moraba la tribu, moriría de frío. Una lucha por la supervivencia que quedó plasmada en la religión vasca, aunque los vascos hacía miles de años que ya no necesitaban guarecerse en las cuevas para poder sobrevivir del frío glacial.

Esta religión poseía unas normas de actuar en la vida muy similares a las cristianas, por lo que fue muy fácil dar el paso de la religión vasca al cristianismo. Sólo se tuvo que adaptar la trinidad, dioses y espíritus vascos a la trinidad y santos cristianos. Hoy es el día que a la Virgen María en euskara se le llama Andra Mari (ándra mári; Señora Mari) que era el nombre con el que era llamada la diosa Mari. Gracias al parecido entre los nombres, el culto a la diosa Mari pasó a ser también, un culto a la Virgen María. Todas las vírgenes que existen en el País Vasco, así como sus iglesias, eran antiguas zonas de culto a esa divinidad. Lo mismo ocurrió con los santos cristianos, por ejemplo, el culto a Argia (arguía; la luz) pasó a ser un culto a Santa Clara, llamada en euskara Deun Argia (deun arguía; Santa Luz). A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, iba desapareciendo la religión de Mari e iba extendiéndose el cristianismo. Esta religión se perdió definitivamente en el siglo XVII, cuando las sorginas (sorguíña; sortu ::: nacer + gina ::: hacedora; hacedora de nacimientos, matrona) que eran similares a los druidas celtas y eran las encargadas de las zonas de culto, de hacer las ceremonias, de sanar a la gente a través de hierbas y de traer al mundo a los niños, fueron acusadas de brujería por la Inquisición. Según las antiguas creencias las sorginas a través de la energía mágica que movía el cosmos, el Adur (ádur), daban vida a los niños que nacían, de ahí el apelativo de hacedoras de vida (sorgin). Vascos que seguían procesando la religión de Mari y no la cristiana, así como cientos de sorginas, fueron acusados de brujería, siendo posteriormente quemados. A partir de entonces la palabra sorgina que significaba en euskara antiguo matrona, pasó a significar bruja. La existencia de la antigua religión, se ha conservado hasta nuestros días, a través de la transmisión oral, de generación en generación, de parábolas y cuentos imbuidos en las antiguas creencias que los abuelos contaban a sus hijos y sus nietos.
El tercer factor, las grandes hambrunas de los siglos XVIII - XIX que obligó a gran parte de la población euskaldun (la más pobre de la sociedad), a emigrar hacia las Américas. Lo que ocasionó que por el ejemplo, el euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria en Navarra, perdiese terreno a marchas forzadas.

El cuarto factor que debilitó al euskara, es la baja estima que tenía la sociedad en general y el euskaldun en particular, de la lengua vasca. Considerándola rural, inculta, bárbara con respecto a las lenguas y culturas latinas. El euskara era considerado por todos como "rudem et barbaram linguam, cultum abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de cultivo). Algo que empujaba al euskaldun a renegar de la lengua y cultura vascas. Dado que siempre se utilizaron las diferentes lenguas latinas que rodeaban a los euskaldunes para escribir (navarro-aragonés, gascón, castellano y francés). Se utilizaron todas, menos el euskara. El euskara era vehículo de cultura tradicional y rural vasca, mientras que el castellano o el francés eran vehículos de cultura occidental, de la cultura de las ciencias y de las artes. No es extraño ver que por ejemplo el insigne Unamuno que era euskaldun, dijera la frase: "Lo mejor que podría aportar el vascuence a la humanidad es desaparecer". La burguesía euskaldun siempre se avergonzó y rechazó el euskara, considerándolo una lengua del "vulgo", abrazando el castellano como lengua culta. Lo que le quitó más prestigio y agudizó a partir del siglo pasado la pérdida del euskara.

A finales del siglo XIX y sobre todo a partir de la década de los cincuenta del siglo pasado, comenzaron a llegar masivamente miles de personas de habla castellana desde diferentes partes de España, en busca de un trabajo en la industria vasca. Lo que hizo que la situación socio-lingüística cambiara. El castellano ya no era propio sólo de gente de abolengo, burguesa, de gente instruida y culta, sino también, de gente humilde que venía al País Vasco en busca de un sustento. Esto hizo que el castellano, gradualmente, perdiera prestigio en la sociedad vasca y que el euskara, otrora lengua relegada al ostracismo, recobrase su prestigio social.





  1. (1) Euskadi: entidad política integrada por los territorios históricos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa.

  2. (2) País Vasco-Francés o Iparralde: integrado por los territorios de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

  3. (3) Territorios donde se habla euskara: Álava, Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi, Nafarroa, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

  4. (4) Bilingües: habla perfectamente tanto en euskara como en alguna lengua latina hablada en los territorios de la vascofonía (español, francés o gascón).

  5. (5) Bilingües Receptores: entienden el euskara pero no lo hablan, su lengua cotidiana es la latina (español, francés o gascón).

  6. (6) Erdaldunes: desconocen el euskara. Son hablantes de lengua latina (español, francés o gascón).


En la década de los 60 del siglo XX se desarrolla el euskara supradialectal o Euskara Batua (unificado). Ya que hasta esta época para el euskara literario se utilizaban los diferentes dialectos vascos. Esta unificación era algo indispensable para la pervivencia de la lengua vasca y para que se convirtiese en el futuro en una
lengua oficial.

Con la desaparición del franquismo y llegada de la democracia, el euskara, por primera vez en su historia milenaria, se convierte en lengua oficial tanto en Vascongadas, como en la zona vascoparlante del norte de Navarra. Quedando la asignatura pendiente de que esta oficialidad se extienda también a la mitad y sur de Navarra, así como en Iparralde o el País Vasco-Francés. La situación lingüística del euskara cuando llegó esta oficialidad era catastrófica, si bien la lengua vasca era hablada en el siglo XI, desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya, al norte hasta parte de Aquitania y al sur hasta gran parte de Burgos, La Rioja y Soria, en la década de los ochenta del siglo pasado, se hablaba en una novena parte del territorio medieval, en los minúsculos territorios históricos de Vascongadas, en el País Vasco-Francés y en Navarra.

Se abren ikastolas a lo largo de toda la geografía euskaldun, en las que se imparten las clases en euskara. Surgen las primeras generaciones de vascos que saben leer y escribir en euskara después de 40 años de prohibición de la lengua y cultura vascas. Una prohibición de todo lo vasco, que si para algo sirvió, fue para hacer consciente a la población euskaldun de la importancia de la pervivencia de su idioma y de su cultura, algo de lo que anteriormente pocos euskaldunes se percataban. El euskara, se va extendiendo al sistema educativo vasco gratuito, ya era posible realizar los estudios desde pre-escolar hasta el curso de preparación a la universidad en euskara. Cada año aumenta la publicación de libros de todo tipo en lengua vasca.



Surge la radio pública Euskadi Irratia y la televisión pública Euskal Telebista (euskál télébistá; ETB1), cuya programación es integramente en lengua vasca. Una programación emitida diariamente a las siete regiones de la vascofonía y vía satélite a todo el mundo. Poseemos ya diarios y revistas integramente en euskara.

La lengua vasca se va extendiendo a la universidad, ya es posible realizar carreras universitarias integramente en euskara. Se va abriendo camino en las ingenierías. Se va extendiendo también, a las nuevas tecnologías, paquetes ofimáticos como Office o sistemas operativos como Windows, se encuentran disponibles en euskara.

El euskara ha recuperado el prestigio perdido antaño frente a las lenguas latinas, lo que ha hecho que gran parte de los padres elijan libremente para la educación de sus hijos, de entre los tres modelos existentes en el sistema educativo vasco, principalmente, el modelo D (todo en euskara con la asignatura de lengua y literatura españolas), así como en menor medida el modelo B (unas materias en euskara y otras en castellano). Mientras que el modelo A (todo en castellano en el que el euskara se estudia como asignatura) va perdiendo puestos en la aceptación de la población vasca, debido a que este modelo no garantiza el conocimiento del euskara ni el bilingüismo de los alumnos, ya que se estudia euskara como si fuera inglés. Siendo el euskara más complejo que el inglés, los conocimientos de euskara de los alumnos que estudian en este modelo cuando llegan a la universidad, son basicamente nulos. En Navarra existe un modelo más que es el modelo G, integramente en castellano, en el que no existe ninguna asignatura en euskara.



Con la oficialidad de la lengua vasca en estos veinte años, se ha conseguido que no haya un sólo municipio de la Comunidad Autónoma Vasca donde no haya un vascoparlante. El número de vascoparlantes ha aumentado en más de 100.000. Teniendo en cuenta la complejidad del aprendizaje del euskara, así como el número de habitantes de la comunidad, es una cifra muy satisfactoria.

Al contrario que en Euskadi, donde el euskara y el castellano son cooficiales en todo el territorio. En la Comunidad Foral de Navarra, por el contrario, está divida lingüisticamente en tres zonas. La zona vascoparlante, al norte de la comunidad, donde son cooficiales tanto el euskara como el castellano y por otro lado la zona mixta (Pamplona y diversos municipios de la zona central de Navarra) y la zona no vascoparlante (mitad y sur de Navarra), donde solamente es oficial el castellano.
Aunque el euskara va in crescendo en la Comunidad Autónoma Vasca, en Navarra, por el contrario, se ha conseguido que la pérdida del euskara se estanque. La recuperación del euskara en Navarra no ha sido tan espectacular, basicamente, porque el euskara no es oficial en todo el territorio.

Dos leyes regulan el status de la lengua vasca: la Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto, de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra - que viene a ser el estatuto de autonomía particular de Navarra-, y la Ley Foral 18/1986, de 15 de diciembre del Vascuence.



La zona denominada vascófona sólo es residencia del 11% de los navarros, y carece de servicios fundamentales como servicios administrativos generales, hospitales, Palacio de Justicia o universidad. Así, en derechos como, por ejemplo, la escolaricación en euskara, los navarros tienen reconocidas diferentes opciones según la zona en que residan. En la zona llamada no vascófona no existe la opción pública de realizar los estudios de primaria y secundaria en euskara; mientras que en la zona mixta existe un ratio mínimo de alumnos para poder acceder a ese derecho.

Con estas medidas, se le ponen trabas al desarrollo de la lengua y a la reproducción de la comunidad lingüística justamente en las zonas donde más vital es el garantizarlas. Desde el comienzo de la anterior legislatura política, en 1999, los derechos reconocidos a los vascohablantes se han visto reducidos en diversos decretos, resoluciones, órdenes y acuerdos administrativos, como el Decreto Foral 372/2000, de 11 de diciembre, que regula el uso del euskara en las Administraciones Públicas de Navarra. Este decreto limita el uso administrativo del euskara, y en la práctica convierte en zona no vascófona la zona definida como mixta en la Ley del Vascuence de 1986.

También cabe citar el Decreto Foral 203/2001, de 30 de julio, por el que se indican los puestos de trabajo de la plantilla orgánica de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra y sus organismos autónomos, excluido el personal docente del Departamento de Educación y Cultura, para cuyo acceso es preceptivo el conocimiento del vascuence y en los que debe ser considerado como mérito entre otros. El Gobierno de Navarra, ha reducido mediante este decreto los puestos bilingües de su plantilla, que apenas pasan del 1 % (153 de unos 14.000 funcionarios), lo que aumenta la incapacidad de la Administración para dar servicio a todos los ciudadanos, y agrava la vulneración de los derechos lingüísticos de los navarros vascohablantes.

Los planes de actuación que han entrado en vigor tras la aprobación del Decreto Foral 372/2000 (acuerdos de 8 de enero y de 5 de febrero de 2001) establecen la retirada inmediata del euskara de documentos, imágenes, sellos, rótulos, señalización, etc. Así, por ejemplo, el artículo 3.2 del del 'Plan de Actuación para la aplicación de la normativa sobre el uso del vascuence en la Zona Mixta', aprobado mediante acuerdo del 8 de enero de 2001, establece respecto a la señalización, rótulos y sellos oficiales que: 'Se procederá de forma inmediata a asegurar el cumplimiento de que los rótulos indicativos existentes en fachadas de edificios, de sedes, en oficinas, en despachos y en cualquier dependencia de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra y de sus Organismos Autónomos, así como sus sellos oficiales y todos sus elementos de señalización e identificación, se redacten exclusivamente en castellano, sustituyendo de inmediato los existentes que no cumplan este requisito' (los bilingües castellano-euskara).

Diversos agentes sociales (asociaciones, sindicatos…) además de muchas corporaciones locales, interpusieron recursos contencioso-administrativos al Decreto Foral 372/2000. El 26 de junio de 2002, sendas sentencias emitidas por el Tribunal Superio de Justicia de Navarra anularon primeramente, el plan de acción de la denominada zona vascófona y, después, el propio Decreto Foral. Posteriormente, el plan de acción para la denominada zona mixta también quedó anulado. De todas maneras, aun estando anulado, el Gobierno de Navarra continuó aplicando el decreto, para ello, recurrió la sentencia y de esa manera evitó la firmeza de las sentencias y, por otro lado, comenzó a trabajar las gestiones necesarias para poner en vigor un nuevo Decreto Foral. Finalmente, en febrero de 2003, aprobó el Decreto Foral 29/2003, de 12 de febrero, que regula el uso del euskara en las Administraciones Públicas de Navarra. Dicho decreto tiene contenido casi idéntico al Decreto Foral anulado 372/2002.

El vasco, es hablado por el 9.6% de la población navarra, un 9.8% lo entiende pero no lo habla, mientras que el 80.6% de la población es monolingüe castellanoparlante. Actualmente, más de la mitad de los padres navarros han elegido libremente que sus hijos estudien todas las asignaturas en vasco o tengan la asignatura de esta lengua. Sin embargo con las políticas cada vez más restrictivas del uso y aprendizaje del euskara que lleva adelante el actual gobierno de Navarra de UPN (PP) nadie sabe cual podrá ser el futuro de la lingua navarrorum (euskara) en la tierra que lo vio nacer.

En Iparralde o el País Vasco-Francés, el euskara todavía no es oficial. A finales del siglo XIX, el 65% de la población vascofrancesa hablaba en euskara. Ahora, la situación es crítica, solamente lo hace el 26.4% (en general, gente mayor y en zonas rurales), un 9.3% lo entiende, aunque no lo habla y el resto (64.2%) habla gascón o es monolingüe francés. Si no se consigue la cooficialidad junto con el francés, y no se apoya la lengua en la enseñanza, se estima que en un plazo de 40-50 años, el euskara habrá desaparecido completamente de Iparralde. Aunque afortunadamente se ve vislumbrar en un futuro cercano la oficialidad del euskara junto con el francés.

Por fin el euskara, no es sólo vehículo de cultura tradicional vasca, sino también, vehículo de la cultura de las artes y de las ciencias. Augurándose para nuestro idioma en el milenio que acaba de comenzar un futuro esperanzador. Como bien dijo el primer escritor en lengua vasca Bernard Etxepare:

Heuscara, ialgui adi mundura! ( Euskara, ¡Sal al mundo! )