Día internacional para la erradicación de la pobreza

Mtro. José Hugo Juárez Álvarez
Departamento de Posgrado – UCC
Navegar Juntos, X.2009

Fue el Movimiento Internacional (no gubernamental) ATD Cuarto Mundo, con sede en Francia, quien había logrado instaurar un día especial para reflexionar acerca de la Superación de la Pobreza Extrema en algunos países europeos; por su parte la Asamblea General de la ONU acogió con satisfacción, a ejemplo de la ATD, que el 17 de octubre fuese declarado el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (resolución 47/196).

Este día ha sido observado cada año, a partir de 1993, desde su declaración por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de promover mayor conciencia sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo, necesidad que se ha convertido en una de las prioridades del mismo desarrollo.

Es memorable recordar que la Cumbre del Milenio, así llamada a la Asamblea General de la ONU del año 2000, celebrada en Nueva York, los jefes de estado y de gobierno, se comprometieron a reducir a la mitad, hasta el año 2015, el porcentaje de las personas que viven en la indigencia - cuyos ingresos sean inferiores a $1 dólar por día-.

A continuación un par de ideas del mensaje del Secretario General con ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza del año 2009.

En un momento en que proliferan las crisis mundiales, los más pobres y más vulnerables reclaman especialmente nuestra atención. Sabemos que en toda recesión los primeros y peores perjudicados son los pobres. Según estimaciones recientes, la crisis económica mundial se ha llevado este año por lo menos 50 millones de puestos de trabajo. Se prevé que en este año caigan por debajo del umbral de la pobreza 100 millones de personas más. El cambio climático agrava el problema.

Aunque el mundo nada en la abundancia, las necesidades básicas de los niños siguen quedando marginadas. Millones de niños siguen sin recibir educación, y son muchos más los que corren el riesgo de abandonar la escuela, especialmente en el caso de las niñas. Es urgente seguir invirtiendo en aspectos fundamentales como la enseñanza primaria, la infraestructura básica y la salud materna para cumplir los objetivos del milenio.

En consonancia con el hecho de vivir en una “aldea global” y de pertenecer a la misma “familia”, nos podemos preguntar el porqué el ser humano no ha sido capaz de reconocer las necesidades de sus semejantes como las de un “hermano”, pues parece obvio que la pobreza de muchos miembros de esta gran familia humana es escarnio público y no orgullo para el mundo entero. La mayor crisis entonces, no es la que arroja pobreza económica sino la generada por la pobreza de conciencia humana en cada hombre y en muchos pueblos.