Historias de Vocación - Norberto Melgarejo (NL, V.09)
NEWSLETTER V.09
Mi nombre es Norberto y soy originario del Estado de San Luís Potosí, México.
Quiero compartir con todos ustedes mi experiencia de seguir a Jesús y ser uno más de sus Apóstoles. Hace 13 años que llegué a Estados Unidos. Aún recuerdo con claridad la fecha el 31 de Marzo de 1995. Mis pensamientos formulados en aquel entonces eran más que nada como los de muchos hoy día: trabajar arduamente y ayudar a mi familia. Gracias a Dios, logré muchos de estos objetivos y otros más. En mi mente jamás pensé en la dichosa frase: “el sueño americano”, pues no sabía ni qué quería decir esto. Solamente me dispuse a trabajar y a pasarla bien. Fue muy difícil para mí el acoplarme al principio. Durante todos esos años, aprendí una nueva lección: valorar más a mi familia.
El hecho de valerme por mí mismo y luchar contra las adversidades que se me presentaban me volvió muy autoritario en mi libertad. Empecé a descuidar muchos aspectos de mi vida que me llevaron a cometer muchos errores. Tuvieron que acontecer muchos problemas en mi familia para poder reflexionar y analizar lo mal que estaba. El materialismo, el libertinaje y la ignorancia, fueron los que más me cegaron durante mucho tiempo. Gracias a las tribulaciones en mi vida, experimenté que “solos no somos nadie” y que necesitamos siempre a quien amar y por quien ser amado. El aspecto laboral de mi vida estuvo equilibrado durante todo ese tiempo, sin embargo la parte espiritual requería algo más.
Aunque siempre he sido una persona muy activa y servicial, no me sentía satisfecho todavía con esto. Una vez, un amigo mío que se llama Jesús, del Estado de Veracruz, me invitó a vivir una experiencia con Cristo en el año 2003, lo cual tuvo un impacto tremendo en mi vida. Me motivó tanto que la experiencia de aquel momento, marcó en mi vida un cambio total, pues conocí el Amor de Dios en ese encuentro. ¿Cómo me di cuenta yo, de ese cambio en mi vida?
Me di cuenta porque reflexioné mi pasado, lo comparé con mi presente y miré hacia el futuro. Ahora soy muy feliz porque tengo a Cristo en mi corazón. Actualmente tengo 32 años, todo un adulto con experiencias de vida en este país y sigo las huellas de Jesús activamente. Después asistí a un retiro vocacional a Miami, Florida que me ayudo mucho para descubrir EL LLAMADO de Dios en mi vida. Analizando mi situación real y escuchando desde lo más profundo de mí ser la voz interior, me dispuse a partir para el seminario y decirle a Dios como dijo María; “Hágase en mí, según tu palabra”. Mi vida cambió completamente y vivo convencido de que Dios me ama mucho y que también te ama a ti. Hay una gran dicha en mi familia, pues conmigo ya somos dos los hermanos que estamos en camino del sacerdocio y queremos consagrar nuestras vidas a Dios. Allí comencé a morir y a renunciar a un estilo de vida incompleto y comenzó a abrírseme un panorama nuevo, una vida más plena cercana a Jesús. Joven, tú también tienes un camino que recorrer. Pon los pies en la tierra y confía en el Señor. La vida no es vida si tú no la valoras y descubres cuanto hay en ti.
¡Animo!, si yo pude, tú también puedes. “Mas vale tarde que nunca”.
Mi nombre es Norberto y soy originario del Estado de San Luís Potosí, México.
Quiero compartir con todos ustedes mi experiencia de seguir a Jesús y ser uno más de sus Apóstoles. Hace 13 años que llegué a Estados Unidos. Aún recuerdo con claridad la fecha el 31 de Marzo de 1995. Mis pensamientos formulados en aquel entonces eran más que nada como los de muchos hoy día: trabajar arduamente y ayudar a mi familia. Gracias a Dios, logré muchos de estos objetivos y otros más. En mi mente jamás pensé en la dichosa frase: “el sueño americano”, pues no sabía ni qué quería decir esto. Solamente me dispuse a trabajar y a pasarla bien. Fue muy difícil para mí el acoplarme al principio. Durante todos esos años, aprendí una nueva lección: valorar más a mi familia.
El hecho de valerme por mí mismo y luchar contra las adversidades que se me presentaban me volvió muy autoritario en mi libertad. Empecé a descuidar muchos aspectos de mi vida que me llevaron a cometer muchos errores. Tuvieron que acontecer muchos problemas en mi familia para poder reflexionar y analizar lo mal que estaba. El materialismo, el libertinaje y la ignorancia, fueron los que más me cegaron durante mucho tiempo. Gracias a las tribulaciones en mi vida, experimenté que “solos no somos nadie” y que necesitamos siempre a quien amar y por quien ser amado. El aspecto laboral de mi vida estuvo equilibrado durante todo ese tiempo, sin embargo la parte espiritual requería algo más.
Aunque siempre he sido una persona muy activa y servicial, no me sentía satisfecho todavía con esto. Una vez, un amigo mío que se llama Jesús, del Estado de Veracruz, me invitó a vivir una experiencia con Cristo en el año 2003, lo cual tuvo un impacto tremendo en mi vida. Me motivó tanto que la experiencia de aquel momento, marcó en mi vida un cambio total, pues conocí el Amor de Dios en ese encuentro. ¿Cómo me di cuenta yo, de ese cambio en mi vida?
Me di cuenta porque reflexioné mi pasado, lo comparé con mi presente y miré hacia el futuro. Ahora soy muy feliz porque tengo a Cristo en mi corazón. Actualmente tengo 32 años, todo un adulto con experiencias de vida en este país y sigo las huellas de Jesús activamente. Después asistí a un retiro vocacional a Miami, Florida que me ayudo mucho para descubrir EL LLAMADO de Dios en mi vida. Analizando mi situación real y escuchando desde lo más profundo de mí ser la voz interior, me dispuse a partir para el seminario y decirle a Dios como dijo María; “Hágase en mí, según tu palabra”. Mi vida cambió completamente y vivo convencido de que Dios me ama mucho y que también te ama a ti. Hay una gran dicha en mi familia, pues conmigo ya somos dos los hermanos que estamos en camino del sacerdocio y queremos consagrar nuestras vidas a Dios. Allí comencé a morir y a renunciar a un estilo de vida incompleto y comenzó a abrírseme un panorama nuevo, una vida más plena cercana a Jesús. Joven, tú también tienes un camino que recorrer. Pon los pies en la tierra y confía en el Señor. La vida no es vida si tú no la valoras y descubres cuanto hay en ti.
¡Animo!, si yo pude, tú también puedes. “Mas vale tarde que nunca”.
Etiquetas: Escuela Pía, Pastoral, Vocaciones
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