¿HACIA DÓNDE QUIERE IR NUESTRO VICARIATO ESCOLAPIO DE BOLIVIA?
Daniel Mª González
4 – InfoBolivia, IX.2008
25 de agosto, festividad de Nuestro Santo Padre.
“A pesar de cuanto se dice de nuestra Orden, deben saber que el Señor la protegerá siempre y andará de bien en mejor, a condición de que pongamos la diligencia que debemos en educar a los niños, particularmente a los pobres, en el santo temor de Dios” Calasanz.
Diez y seis años de historia (1992), sitúan la presencia escolapia en Bolivia pasando de la adolescencia a la juventud (salvando siempre la distancia entre el proceso de una Institución y el de una persona). Lo que equivale a decir, que la estructura y el armazón de la “criatura” no ha tenido tiempo de consolidarse y, menos aun, de esclerotizarse. Es tiempo de aplicar el refranero popular: “un árbol joven puede ser orientado, un tronco viejo difícilmente se enderezará”. Todo un reto, responsabilidad y esperanza para los que trabajamos en esta fertilísima viña boliviana.
Veo que la Viceprovincia de Andalucía dio unos pasos firmes cuando decidió abrir horizonte hacia América Latina. En primer lugar, eligiendo Bolivia, y dentro de Bolivia, Anzaldo y sus comunidades. Optando, por consiguiente, por zonas y personas, en aquel momento abandonadas. Haciéndose presente con actitudes tan evangélicas como la sencillez y la pobreza. Asumiendo obras no propias para sentirse más libre en su misión evangelizadora.
El tiempo pasa y nuestra realidad crece (Cocapata, Casa de Formación y parroquia-colegios de San Rafael, en Cochabamba). Señal de ese crecimiento es la creación del Vicariato Escolapio de Bolivia (Decreto del P. General, del 4 de junio, de 2007). No podemos confiar sólo al paso del tiempo, el desarrollo de nuestra presencia escolapia. Es necesario tomar la iniciativa con planteamientos conscientes que señalen el horizonte de crecimiento y determine los medios convenientes para conseguirlo. ¿Hacia dónde quiere ir nuestro Vicariato? ¿Cómo queremos que crezca?
Con la humildad de sentirme uno de los “obreros de la undécima hora” (Mt.20,6), me permito soñar. Me gustaría una Escuela Pía boliviana,
• Creciendo en la línea marcada en su fundación: a favor de los pobres, desprendida de riquezas, con marcado acento evangélico de sencillez y pobreza, identificada con la realidad boliviana.
• Plenamente convencida y comprometida en el seguimiento del Señor Jesús, fiel a las invitaciones del Evangelio
• Apasionada por nuestro ministerio a favor de los niños y jóvenes, especialmente de los más desprotegidos; identificada con el espíritu de Calasanz
• Fraterna, cuyas comunidades sean remansos de paz y sosiego, plataformas potenciadoras para la misión.
• Una Escuela Pía con capacidad de llamada para jóvenes que buscan sincera y profundamente a Jesucristo; “faro” para los que desean el crecimiento del Reino y su justicia.
• En la que nadie se sienta al margen sino que todos y cada uno, según su capacidad, sea un miembro necesario; donde la palabra de cada uno sea contrastada con la palabra de los demás.
• Donde el “nosotros” sustituya al “yo” y los proyectos sean siempre del grupo vicarial y nunca de personas.
Muchas veces he soñado, quedando el sueño en mi interior. Ahora, ante el reto ilusionante que tenemos por delante y la esperanza que lo anima, me atrevo a compartir con ustedes el contenido de mis sueños.
Al hacerlo, quiero que sea el primer paso, por mi parte, para abandonar mi yo y apuntarme al NOSOTROS.
25 de agosto, festividad de Nuestro Santo Padre.
Daniel Mª González
4 – InfoBolivia, IX.2008
25 de agosto, festividad de Nuestro Santo Padre.
“A pesar de cuanto se dice de nuestra Orden, deben saber que el Señor la protegerá siempre y andará de bien en mejor, a condición de que pongamos la diligencia que debemos en educar a los niños, particularmente a los pobres, en el santo temor de Dios” Calasanz.
Diez y seis años de historia (1992), sitúan la presencia escolapia en Bolivia pasando de la adolescencia a la juventud (salvando siempre la distancia entre el proceso de una Institución y el de una persona). Lo que equivale a decir, que la estructura y el armazón de la “criatura” no ha tenido tiempo de consolidarse y, menos aun, de esclerotizarse. Es tiempo de aplicar el refranero popular: “un árbol joven puede ser orientado, un tronco viejo difícilmente se enderezará”. Todo un reto, responsabilidad y esperanza para los que trabajamos en esta fertilísima viña boliviana.
Veo que la Viceprovincia de Andalucía dio unos pasos firmes cuando decidió abrir horizonte hacia América Latina. En primer lugar, eligiendo Bolivia, y dentro de Bolivia, Anzaldo y sus comunidades. Optando, por consiguiente, por zonas y personas, en aquel momento abandonadas. Haciéndose presente con actitudes tan evangélicas como la sencillez y la pobreza. Asumiendo obras no propias para sentirse más libre en su misión evangelizadora.
El tiempo pasa y nuestra realidad crece (Cocapata, Casa de Formación y parroquia-colegios de San Rafael, en Cochabamba). Señal de ese crecimiento es la creación del Vicariato Escolapio de Bolivia (Decreto del P. General, del 4 de junio, de 2007). No podemos confiar sólo al paso del tiempo, el desarrollo de nuestra presencia escolapia. Es necesario tomar la iniciativa con planteamientos conscientes que señalen el horizonte de crecimiento y determine los medios convenientes para conseguirlo. ¿Hacia dónde quiere ir nuestro Vicariato? ¿Cómo queremos que crezca?
Con la humildad de sentirme uno de los “obreros de la undécima hora” (Mt.20,6), me permito soñar. Me gustaría una Escuela Pía boliviana,
• Creciendo en la línea marcada en su fundación: a favor de los pobres, desprendida de riquezas, con marcado acento evangélico de sencillez y pobreza, identificada con la realidad boliviana.
• Plenamente convencida y comprometida en el seguimiento del Señor Jesús, fiel a las invitaciones del Evangelio
• Apasionada por nuestro ministerio a favor de los niños y jóvenes, especialmente de los más desprotegidos; identificada con el espíritu de Calasanz
• Fraterna, cuyas comunidades sean remansos de paz y sosiego, plataformas potenciadoras para la misión.
• Una Escuela Pía con capacidad de llamada para jóvenes que buscan sincera y profundamente a Jesucristo; “faro” para los que desean el crecimiento del Reino y su justicia.
• En la que nadie se sienta al margen sino que todos y cada uno, según su capacidad, sea un miembro necesario; donde la palabra de cada uno sea contrastada con la palabra de los demás.
• Donde el “nosotros” sustituya al “yo” y los proyectos sean siempre del grupo vicarial y nunca de personas.
Muchas veces he soñado, quedando el sueño en mi interior. Ahora, ante el reto ilusionante que tenemos por delante y la esperanza que lo anima, me atrevo a compartir con ustedes el contenido de mis sueños.
Al hacerlo, quiero que sea el primer paso, por mi parte, para abandonar mi yo y apuntarme al NOSOTROS.
25 de agosto, festividad de Nuestro Santo Padre.
Daniel Mª González
Etiquetas: Bolivia, Escuela Pía, Futuro
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