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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

jueves, enero 27, 2011

Escolapios (En una wikienciclopedia, I.2011)

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Tabla de contenido

1 Restablecimiento y Florecimiento
1.1 Personas o hechos significativos en destaque

2 Las Escuelas Pías el siglo XIX

3 Las Escuelas Pías el siglo XX

4 Bibliografia

Orden Religiosa de las Escuelas Pías, más conocida como Escolapios o como Padres Escolapios es una Orden Religiosa de la Iglesia Católica fundada por Son José de Calasanz, inicialmente con el nombre de Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, en 1621 en Roma.

El año 1602, nace la Asociación de las “Escuelas Pías”. Es una piadosa sociedad laica, para el mantenimiento de un colegio popular y gratuito, instalado en el corazón de Roma. La pequeña escuela de Santa Dorotea había crecido muy [mucho] (unos 500 alumnos) y buscaron otro lugar más espacioso. Ya tiene su Normativa y su Director, José de Calasanz, que tiene especial interés en el buen funcionamiento de la escuela y el buen espíritu de los asociados.

1617: Papa Paulo V crea, la pedido [petición] de San José de Calasanz, la “Congregación Paulinas de las Escuelas Pías”. Le Gusta tanto (de ella) que la bautiza con su propio nombre. Y también ayuda con dinero, porque viven de limosna. No reciben nada de los alumnos (la casa de San Pantaleo acoge ya 1500 alumnos), ni piden limosna por las casas. El desinterés era total, y nadie tenía que pasar por dificultades para asistir en aquellas escuelas.

Se enseña desde leer y escribir, pasando por el “ábaco” (matemáticas), gramática, retórica (letras), caligrafía, música... todo aquello que ayude aquellos niños y jóvenes para tener un buen trabajo, un buen salario. Y también latín, para que puedan ingresar, los que deseen y puedan, en el Colegio Romano de los Jesuitas. Y con un cariño especial se enseñe, naturalmente, “la doctrina cristiana”. Tienen ganas de liberar aquellos jóvenes de la esclavitud de la pobreza, de la ignorancia y del pecado. Y a través de los alumnos, desean influenciar también sus familias. “Piedad y Letras” será, desde el inicio, el lema de los Escolapios. Así, se espera el cambio de la vida de los jóvenes y la reforma de la sociedad.

Comienzan a llegar muchas peticiones para nuevas fundaciones: son numerosas las ciudades de la Italia y de Centro-Europa que piden para que los Escolapios abran colegios para la educación de sus ciudadanos. Y el Fundador vivirá el resto de su vida en tensión entre la alegría de las peticiones, que testifican la utilidad de su obra, y la escasez de profesores religiosos. Son muchos los que solicitan ingresar en la Congregación, pero es necesaria una formación seria, y, a veces, no tienen el tiempo suficiente para la adquirirla.

En 1621 el Papa eleva las Escuelas Pías a la categoría de “Orden de Clérigos Regulares”, con votos solemnes. Así, hube equipado el “ministerio” escolapio con el ministerio de las veneradas Órdenes Religiosas de Son Benito, Franciscanos, Dominicos, Jesuitas... Los Escolapios, dedicados a un trabajo tan humilde (y muy poco apreciado en aquel entonces) y tan profano, como era el ministerio de educar los niños y los jóvenes.

Me las ni todos comprendían el ministerio. Existían, en las esferas religiosas y civiles, personas alarmadas: ¿Si enseñamos a los pobres, quienes hará los servicios (trabajos) de que necesitamos? También alguna Orden Religiosa muy influyente los sentían como competidores.

Calasanz lucha denodadamente por dotar a sus religiosos de una buena organización (imitando los Jesuitas) y de una espiritualidad (inspirada en los Franciscanos y Carmelitas), pero sobre todo para defender y mejorar sus escuelas y atender cada vez mejor sus alumnos.

En 1646, los enemigos de las Escuelas Pías prevalecen. Y el Papa publica el documento de reducción de la Orden a la Congregación sin votos ni Superiores. En menos de 30 años de historia, las Escuelas Pías alcanzaron el número de 49el religiosos y 37 colegios extendidos en numerosas ciudades de la Italia y de la Europa Céntrica. También en la Francia quería comenzar, pero no consiguió.

Con la Orden destruida y los Colegios desagregados, muchos quedan desconcertados. Pero el Santo continúa animado, está convencido de que Dios no puede permitir la desaparición de una obra tan benemérita. Y muchos permanecen fieles a su vocación.

En 1648, José de Calasanz muere rodeado de sus religiosos. El pueblo de Roma celebra la muerte como la muerte de un gran Santo.



Restablecimiento y Florecimiento

En 1648 se firma la “Paz de Westfalia”, finalizando la Guerra de los 30 años. Se establece un nuevo equilibrio europeo, con la estabilización de las respectivas áreas de influencia, y, a la vez, se consolida la plena soberanía de los estados nacionales. El absolutismo afianzase. Y los monarcas absolutos no tienen muy interés por la situación del pueblo, y en especial por la enseñanza. El nivel de analfabetismo llega muchas veces al 90% de la población. Las instituciones religiosas cubren ese vacío, destacando la Compañía de Jesús, las Escuelas Pías y las Escuelas Cristianas (1681).

Dentro y fuera de las Escuelas Pías se hacen muchos esfuerzos para recuperar la situación jurídica y eclesial anterior. Y a los pocos se va consiguiendo: en 1656 llega la Declaración como Congregación Religiosa de votos simples; en 1669, se alcanza de nuevo el grado de Orden con votos solemnes. Así, de nuevo comienzan a organizarse y crecer nuevamente, en principio muy despacio, debido principalmente a la penuria económica en que se desarrollaban. A partir de 1686 el Papa les autoriza a poseer bienes propios.

Delante de las controversias con otras Órdenes Religiosas, el Papa, la pedido de los Escolapios, determina con mayor claridad el ministerio de nuestra Orden: 1) pueden enseñar en sus escuelas también las ciencias mayores (filosofía, teología, latín, griego, etc.); 2) deben admitir los niños pobres, carentes, y también niños ricos y nobles; 3) pueden dirigir internados y seminarios; 4) pueden fundar casas sin el consentimiento de otros religiosos de tal modo que puedan vivir sin mendigar.

El siglo XVIII, las Escuelas Pías alcanzarán un notable crecimiento en varios sentidos: expansión geográfica y numérica, prestigio científico, desarrollo e influencia de su pedagogía.

La expansión geográfica se realiza, fundamentalmente, en tres ámbitos políticos: Italia, el Imperio Germánico y el Reino de Polonia. En España, tras algunas tentativas fallidas ya en la vida del Fundador, a difunden los Escolapios que llegan de la Cardeña y de Nápoles: Moiá (1683), Peralta de la Sal (1697), Balaguer (1700).

En el campo pedagógico, los Escolapios crean, en primer lugar, una buena organización de la enseñanza: tres series de Primario, cinco (después, seis u ocho) en el Secundario. Las series no se distribuyen por la edad, sino por niveles de conocimiento, teniendo mucha flexibilidad el pasaje de una para otra. La planificación de cada serie estaba perfectamente determinado en sus contenidos, sus métodos y, inclusive, con sus libros de texto. Todo eso era general para toda la Orden, aunque cada Provincia tenía que adaptarlo de su jeito. Muchos Gobiernos adaptaron después numerosos elementos de esa organización escolar.


Personas o hechos significativos en destaque

En la Polonia, el P. Estanislão Konarski, quien, con su plan de enseñanza y sus ideas, contribuyó decisivamente a asentar las bases de la educación nacional polaca. Funda un “Colegio de los Nobles” en Varsovia, con centro de experimentación pedagógica.

En Hungría, los Escolapios se destacan por el cultivo de la lengua y cultura magiar, y por su nivel intelectual, inclusive en la Universidad. Su gran prestigio les mereció ayuda económica oficial y también que su Superior, el Provincial, fuera consejero habitual del Ministerio de Educación.

En la Italia, hay Escolapios que se destacan en el campo científico y literario, alguno formará parte del Gobierno de la República Romana a finales del siglo y reciben a encomienda de la dirección del Observatorio astronómico Ximeniano de Florencia.

En España, el P. Felipe Scio publicará el libro “Método Uniforme” para la enseñanza en Primaria, será el instructor de los hijos y nietos de Carlos III, y por encomienda del mismo Rey realizará la primera traducción completa de la Biblia Vulgata al castellano.

En los aspectos económicos, las Escuelas Pías siguen fieles al principio de gratuidad de sus escuelas. En consecuencia, mantienen, con pocas excepciones, un carácter popular profundo. Buscan el dinero por medio de fundaciones, donaciones de los príncipes y municipios, culto en las Iglesias, ingresos de sus internados.

En 1784, las Escuelas Pías estaban compuestas por unos 2.500 religiosos, distribuidos en 218 casas, organizadas en 16 Provincias: Roma, Liguria, Nápoles, Toscana, Sicilia, Cerdeña, Apulia, Bohemia, Austria, Renano-Suiza, Hungría, Polonia, Lituania, Aragón, Catalunya, Castilla.

Las Escuelas Pías el siglo XIX

Nos 25 años que van desde la Revolución Francesa (1789) hasta el Congreso de Viena (1815) se produce en la Europa una profunda convulsión política, ideológica, religiosa y moral. A fin del Antiguo régimen, las guerras continentales, las ideas de la Ilustración y la reacción conservadora van a dar paso a una “Orden nueva” que sólo va a consolidarse a través de incontables luchas durante todo el siglo XIX, luchas en las cuales el liberalismo triunfante se cambiará en otro más acomodaticio, y a la vez su componente revolucionario se enfrentará con los grandes movimientos sociales de ese siglo. La Iglesia y también la Escuela Pía viven esta crisis de forma traumática y dolorosa.

La guerras y las ocupaciones territoriales obligan a abandonar muchas casas y a dispersar muchos de sus religiosos; eso acontece sobre todo en la Provincia Renano-Suiza, en gran medida de la Italia, en la Polonia y en la Lituania.

Las ideas liberales y nacionales añaden un nuevo factor de crisis interna, ya que no pocos de los Escolapios se adhieren a ellas, con los consiguientes conflictos dentro de las comunidades y con la jerarquía eclesiástica. El regalismo de los reyes y emperadores obligó a desglosar la Orden en regiones prácticamente independientes, separándolas de la autoridad del P. General.

La política educativa de los Estados cambió radicalmente la situación de los colegios de religiosos. Al ideal de una enseñanza obligatoria para todos, que tardaron decenios en hacerlo realidad, se unió cada vez más una visión estatalizadora y de control de todos los sectores de la vida pública, en especial de la educación, con fuertes tendencias laicistas y anticlerical. Como consecuencia, algunas Congregaciones religiosas fueron suprimidas, se prohibió también la enseñanza de los religiosos por ser religiosos, y el Estado manipulaba con sus planes de enseñanza. Muchos colegios pasaron las manos de los Gobiernos; y a bastantes religiosos les era ofrecido trabajo en los colegios públicos.

Los Escolapios son tratados con mayor benevolencia en bastantes casos: no se suprime la Orden Religiosa y les permite enseñar. Razón -por su carácter popular y también porque el Estado no tiene medios para sustituirlos. Sin embargo, tienen que enseñar según los planes oficiales y están sujetos a la Inspección. Todo eso supone un límite para los métodos Escolapios de la enseñanza; pero aceptan la situación con realismo, buscando mantener otros elementos propios de su estilo educativo: cuidadosa formación religiosa, teórica y práctica; normas de comportamiento y urbanidad, seriedad, rigor científico y didáctico, etc.

Tras todos estos cambios, el número de religiosos de las Escuelas Pías disminuye: el año 1830 son 1.230 religiosos. Pero al mediado del siglo se comienza un notable restablecimiento, y como fruto desala, al final del siglo XIX son 2.100 los religiosos, que atienden aproximadamente a 50.000 alumnos.

Los colegios Escolapios que permanecen no disminuyen su eficacia docente, ni su prestigio educativo. La renovación pedagógica se amplía ese siglo. Continúa el alto nivel científico en algunas provincias (Hungría, Bohemia, Toscana, etc.), y se abren nuevos campos educativos: escuelas de sordos-mudos (Italia, Polonia, Austria), enseñanza comercial (administración), enseñanza extra-escolar para adultos. Se publican numerosos libros de texto, e inclusive se instalan prensas para publicarlos. En varios colegios existen laboratorios y museos de ciencias naturales.

El Restablecimiento tiene especiales consecuencias en España. Al final del siglo, la Provincia de la Catalunya tiene 240 religiosos y 21 colegios; Aragón tiene 170 religiosos y 11 casas, Castilla 320 religiosos con 14 colegios. Se creó la Vice-Provincia de Valencia, que pronto se convertirá en Provincia; y el llamado Vicariato General de España mantiene también varias casas interprovinciales. Desde España se comienza en esa época una prometedora expansión en la América: Cuba, Argentina, Chile, que se consolidarán y crecerán en el futuro, y también en otros países, pero no prosperaron.

En el tema de la gratuidad, tan propia de las Escuelas Pías, se produce este siglo un cambio importante. Tras las desamortizaciones de los bienes eclesiásticos y la incautación de los fondos fundacionales, muchas casas de los Escolapios quedan sin los recursos necesarios para subsistir. No pocos municipios mantienen aún las ayudas, aunque a veces tardan en el pago o no aumentan para nada. Por otra parte, la exigencia de las titulaciones les obliga a contratar profesores laicos, que aumentan considerablemente los gastos. Los ingresos de los internados y del culto no son suficientes. Así, las situaciones son más insustentables, y recurren al Papa, que en 1873 les autoriza a cobrar parcialmente la enseñanza; pero no a todos, sólo a aquellos que prolonguen su estada en el colegio. ES el comienzo de la división en tres clases de alumnos: los internos (de pagado); los externos (gratuitos) y los semi - internos, que permanecen en el colegio al finalizar las aulas para hacer las tareas y estudiar, y a veces, para comer (y pagan por eso).

En esa época surgen varias Congregaciones Religiosas inspiradas en el carisma de Son José de Calasanz, al cual tratan con una gran devoción y de él cogen su espíritu. En la fundación de alguna de ellas queda presente algún Escolapio, pero en otras no. Así surgen: Padres Cavanis (Venecia, 1802); Hermanas de Vorselaar (Bélgica, 1820), Madres Escolapias (Catalunya, 1829), Padres de Timón David (Marsella, 1852), Calasancias de la Divina Pastora (Cádiz, 1855), Suore Calasanziane (Florencia, 1889(. Todas ellas, con los Escolapios, forman a llamada “Familia Calasancia”.

Las Escuelas Pías el siglo XX

Ese siglo, las Escuelas Pías se desarrollan en un contexto eclesial e histórico muy diferente de la etapa anterior. En 1904 el Papa Pio X da por concluido el periodo de la criba de Roma en que vivían algunas circunscripciones. A partir de esa fecha se avanza para una unidad más orgánica y legislativa de la Orden. Se organizan mejor las Provincias y las Casas, se tiene más cuidado de la formación de los jóvenes Escolapios, y el crecimiento del último periodo del siglo anterior se consolida.

La Primera Guerra Mundial obliga a reorganizar algunas Provincias (Eslovaquia, Rumanía), debido a los cambios de las fronteras. El periodo de entre-guerras, con las dictaduras que emergen, causa dificultades en las Escuelas Pías en la Italia, Austria, Bohemia, Polonia. La Guerra Civil española, con unos 200 Escolapios muertos violentamente, y la Segunda Guerra Mundial suponen graves quebrantos en el funcionamiento de las escuelas y de las comunidades.

Finalizadas esas guerras, las Escuelas Pías se encuentran en situaciones muy diferentes. Por un lado, en la Italia y más en España son tiempos de crecimiento, con notable aumento de las vocaciones y número de alumnos. Pero la vida de las Provincias de la Europa Céntrica cambia radicalmente. Los Gobiernos comunistas incautan los colegios privados y sólo permiten mantener algunas parroquias y un pequeñísimo número de colegios, como símbolo de libertad, entre los cuales se encuentran los colegios de los Escolapios (2 en Hungría y 1 en la Polonia). Las Congregaciones Religiosas son prohibidas. Nuestros religiosos se dispersan. Sólo unos pocos pueden vivir en las comunidades autorizadas, y los restantes no pueden aparecer como religiosos. Se continúa manteniendo, sin embargo, un considerable número de ellos en la clandestinidad e inclusive reciben y forman algunas vocaciones. Pero algunas Provincias váyanse extinguiendo.

Los años 1950 y 1960 se produce una gran expansión de las Escuelas Pías, partiendo sobre todo de España. Esas nuevas fundaciones se producirán principalmente en la América, pero también en la Europa: en la misma Península Ibérica y más tímidamente en la Francia así como en el Japón. El número de alumnos aumenta considerablemente y también crece el número de profesores laicos.

El Concilio Vaticano II (1962-1965) marcará un punto de inflexión de la mayor importancia: el nuevo jeito de mirar las realidades terrenas, la renovación de la pastoral y de la liturgia, la libertad de conciencia, y, sobre todo, la concepción de la Iglesia como pueblo de Dios, con el natural desarrollo de la Teología del Laicado. Todo eso supone un nuevo jeito de quedar los cristianos en la Iglesia y en el mundo. La llamada de atención a los religiosos pidiendo su renovación, volviendo el mirar a sus carismas fundacionales, y la valorización de la educación como modo de apostolado cristiano serán otros mensajes que tendrán mucha influencia en los Escolapios.

En 1965 las Escuelas Pías cuentan con 2.535 religiosos y con unos 85.000 alumnos.

La disminución de las vocaciones y las crisis religiosas de los años 70, con numerosas salidas de sacerdotes y religiosos, suponen un notable desgaste en el número de miembros de las Congregaciones Religiosas y del Clero Diocesano. Pero las obras mantenidas por los Escolapios no disminuyen; al contrario, continúan aumentando y diversificándose. Naturalmente eso es posible se contamos con nuevos colaboradores, los laicos católicos, cada vez más preparados y más protagonistas en las obras de la Iglesia. La Teología del laicado que se inició en el Concilio Vaticano II irá a los pocos dando frutos: primero en la América Latina, pero también en la vieja y clericalizada Europa.

Con la desaparición de los regímenes comunistas de la Europa Céntrica (al comienzo de la década de los 90), los Escolapios de esas regiones recobran súbitamente nueva vitalidad. Emergentes de la clandestinidad, reunificados en las comunidades, recuperados muchos de sus colegios antiguos e Iglesias, aumentarán sus obras y alumnos, así como las vocaciones. Hungría, Polonia, Eslovaquia se encuentran ahora en pleno crecimiento y reorganización.

En los últimos decenios las Escuelas Pías se han abierto a nuevos países, especialmente en la África y en la Asia; a nuevos tipos de obras, buscando fundamentalmente la aproximación a los más pobres; han asumido bastante parroquias, han promovido variados movimientos de voluntariado entre los laicos, han fomentado el nacimiento de comunidades cristianas de jóvenes y adultos, han iniciado el nacimiento de las Fraternidades de las Escuelas Pías (FEP) o Escolapios laicos...

Las vocaciones escasean en España, Italia y Austria, pero las Escuelas Pías aumentan visiblemente en Hungría, Polonia, Eslovaquia; en la América, desde California hasta Argentina y Chile; en África; en la India y Filipinas...

A 31 de diciembre de 2003 el número de religiosos eran de 1.421, que vivían en 211 comunidades esparcidas en 33 países (15 en la América, 10 en la Europa, 5 en África y 3 en Asia). Atendían a 111.167 alumnos/las (Infantil: 11%; Enseñanza Fundamental: 43%; Enseñanza Medio: 43%; Educación Profesional: 2%; Universidad: 1%). Las personas atendidas en las parroquias se aproximan a 500.000.

== MISIÓN ==

Nodos Escolapios, religiosos y laicos, “colaboradores de la verdad”, como Son José de Calasanz hace 400 años, nos sentimos hoy enviados por Cristo y la Iglesia para EVANGELIZAR EDUCANDO, a partir de la primera infancia, los niños y jóvenes, especialmente pobres, por medio de la integración de Fe y cultura – “Piedad y Letras”, en aquellos ambientes y lugares por donde nos guía el carisma, para servir a la Iglesia y transformar la sociedad según los valores evangélicos de justicia, solidaridad y paz, hemos recibido para eso un carisma que viene de Dios, una lectura calasancia del Evangelio, una historia, una espiritualidad y pedagogía propia, personas en comunión, escuelas e instituciones específicas, que nos permiten hacer presentes Jesús Maestro y la Maternidad de su Iglesia a los pequeños

Bibliografía

CASSANOVAS Y SANZ, José de Calasanz y su Instituto (Zaragoza, 1904)

HELYOT, Hist. des ordres religieux (París, 1792), IV, 281 sqq.

BRENDLER, De las wirken dé PP. Piaristen, etc. (Vienna, 1896)

SEYFERT, Órdenes-Regeln dé Piaristen (Halle, 1783)

SCHALLER, Kurze Lebensbeschreibungen gelehrter Manner aus dem Orden dé frommen Schulen (Prague, 1799)

F. LOS HORANYI, Scriptores piarum scholarum (Buda, l809)

SCHALLER, Gedanken uber die Ordensrerfassung dé Piaristen u. ihr Lehrart (Prague, l805)

HEIMBUCHER, Orden u. Kongregationen, III (Paderborn, l908)

Este artículo está siendo traducido desde noviembre de 2007
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