Día Internacional de la Familia
Mtra. Delfina Melgarejo,
Jefe del Bufete de Psicología (UCC)
Navegar Juntos V.2010
Reflexionar desde lo cotidiano sobre lo que implica la familia, permite revalorar la importancia que ésta tiene para cada uno de nosotros, ya que se dice que desde la antigüedad, el hombre siempre buscó vivir en comunidad; aun cuando este modo de vivir es sumamente complejo, es vital para su existencia. La familia es, sin duda, la unidad heterogénea donde nacemos, crecemos, pero donde sobre todo encontramos protección y seguridad. Es hoy un buen momento para replantearnos el cuidar de la nuestra; aun cuando el concepto y la tipología de la familia se ha ido modificando con el devenir de los años y ahora se nos plantea desde una óptica de contemporaneidad, no debemos perder su esencia, ya que lejos de ser únicamente una relación de consanguinidad, debe estar establecida en lazos afectivos y axiológicos aportados por la convivencia, la afinidad, el respeto, la solidaridad, entre otros.
Pensar en, desde y para la familia es pensar y sentir en conjunto, entendiendo y atendiendo a la diversidad como una filosofía de vida, por un bien común. Es no sentirnos solos, es tener un retén emocional y valor al que nos apoye y nos guíe a la resolución correcta de los conflictos y a las adecuadas decisiones de la vida diaria. Por eso es importante empezar por cuestionarnos qué estamos haciendo por ella, qué es lo que día a día promovemos y realizamos para que se fortalezca y sea lo que desde su concepto propone: Elemento natural y fundamental de la sociedad, el cual tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Es así que cerraría esta sencilla reflexión proponiendo que no importa cuál sea el origen, o los diversos factores que puedan influir en su estructura y función; ésta debe ser reforzada de forma permanente, empezando por entender que la consanguinidad no garantiza el establecimiento automático e inmediato de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las familias.
Considerando que los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, entonces un niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus "instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los padres biológicos. Es por esto por lo que los lazos familiares, son resultado de un proceso de interacción amorosa entre una persona y su familia (independientemente a lo que cada sociedad haya definido por familia: nuclear o extensa; monoparental o adoptiva, etc.). En este verdadero sentido de la familia se diluye un fenómeno puramente biológico y entonces se le reconfigura desde una construcción cultural, afectiva y axiológica, que se basa en el amor, y para que éste tenga sentido es indispensable que sea activo y esto según Fromm (1959), sólo se logra por medio de los elementos básicos comunes a todas las formas del amor. Éstos son: el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento.
Es por medio de esta celebración anual, como se debe reflejar la importancia que todos tenemos que otorgar a las familias, como unidades básicas de la sociedad, así como la enorme preocupación en cuanto a su situación en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas reconoce y afirma que la “familia” es el lugar privilegiado e idóneo para la educación transformadora.
Jefe del Bufete de Psicología (UCC)
Navegar Juntos V.2010
Reflexionar desde lo cotidiano sobre lo que implica la familia, permite revalorar la importancia que ésta tiene para cada uno de nosotros, ya que se dice que desde la antigüedad, el hombre siempre buscó vivir en comunidad; aun cuando este modo de vivir es sumamente complejo, es vital para su existencia. La familia es, sin duda, la unidad heterogénea donde nacemos, crecemos, pero donde sobre todo encontramos protección y seguridad. Es hoy un buen momento para replantearnos el cuidar de la nuestra; aun cuando el concepto y la tipología de la familia se ha ido modificando con el devenir de los años y ahora se nos plantea desde una óptica de contemporaneidad, no debemos perder su esencia, ya que lejos de ser únicamente una relación de consanguinidad, debe estar establecida en lazos afectivos y axiológicos aportados por la convivencia, la afinidad, el respeto, la solidaridad, entre otros.
Pensar en, desde y para la familia es pensar y sentir en conjunto, entendiendo y atendiendo a la diversidad como una filosofía de vida, por un bien común. Es no sentirnos solos, es tener un retén emocional y valor al que nos apoye y nos guíe a la resolución correcta de los conflictos y a las adecuadas decisiones de la vida diaria. Por eso es importante empezar por cuestionarnos qué estamos haciendo por ella, qué es lo que día a día promovemos y realizamos para que se fortalezca y sea lo que desde su concepto propone: Elemento natural y fundamental de la sociedad, el cual tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Es así que cerraría esta sencilla reflexión proponiendo que no importa cuál sea el origen, o los diversos factores que puedan influir en su estructura y función; ésta debe ser reforzada de forma permanente, empezando por entender que la consanguinidad no garantiza el establecimiento automático e inmediato de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las familias.
Considerando que los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, entonces un niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus "instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los padres biológicos. Es por esto por lo que los lazos familiares, son resultado de un proceso de interacción amorosa entre una persona y su familia (independientemente a lo que cada sociedad haya definido por familia: nuclear o extensa; monoparental o adoptiva, etc.). En este verdadero sentido de la familia se diluye un fenómeno puramente biológico y entonces se le reconfigura desde una construcción cultural, afectiva y axiológica, que se basa en el amor, y para que éste tenga sentido es indispensable que sea activo y esto según Fromm (1959), sólo se logra por medio de los elementos básicos comunes a todas las formas del amor. Éstos son: el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento.
Es por medio de esta celebración anual, como se debe reflejar la importancia que todos tenemos que otorgar a las familias, como unidades básicas de la sociedad, así como la enorme preocupación en cuanto a su situación en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas reconoce y afirma que la “familia” es el lugar privilegiado e idóneo para la educación transformadora.
Etiquetas: Antropología
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